Enrique Colomer, el barbero de Vinalesa (Valencia) de 88 años.
Enrique Colomer, el barbero ejemplar de 88 años que se niega a jubilarse: "Aprendí con 6 y llevo 72 de autónomo"
El peluquero más longevo de Valencia no piensa retirarse y seguirá al frente del negocio familiar mientras la salud se lo permita.
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Es una mañana tranquila en el barrio Gafaüt de Vinalesa en Valencia. Un joven espera en la puerta para ser atendido en la Peluquería Enrique. En internet apenas tiene reseñas, pero no las necesita. Los 120 años de historia le bastan a Enrique y a su hijo Nicolás para que el negocio funcione.
Enrique Colomer desprende la vitalidad de cualquier alma joven a sus 88 años. Tanto, que todavía no quiere jubilarse. Y seguirá mientras la salud se lo permita.
EL ESPAÑOL se sumerge en su barbería mientras corta el pelo a un vecino del pueblo. Al traspasar su puerta azul se descubre un local humilde, acogedor como una casa de antaño.
El espacio tiene dos butacas de piel negras donde los clientes se acomodan y sobre un estante de madera reposan las múltiples herramientas de trabajo que tienen.
Esa mañana han pasado ya más de una decena de hombres para cortarse el pelo y retocarse la barba, y los que aún quedan. "Tengo la faena de cuatro", indica. Eso sí, con "buen servicio, buen trato y a buen precio".
Enrique Colomer (88 años) corta el pelo a uno de sus clientes.
Un corte en la Peluquería Enrique tan solo cuesta 9 euros, aunque a las personas mayores se lo deja a 8€.
82 años de oficio
Lo que sí está claro es que lleva toda una vida de vocación dedicada al oficio familiar: la barbería que un día abrió su padre y continúa él después de 82 años desde que cogió por primera vez unas tijeras a los 6.
Desde bien pequeño ayudaba a su padre porque, tal y como recuerda, "era tan pobre que no podía darnos de comer". "Éramos siete en casa", precisa. Su padre trabajaba también como agricultor y él, con apenas seis años, ya se encargaba de lavar y afeitar a los clientes.
De lo que no hay duda es que en su peluquería es feliz. De hecho, dice de sí mismo que es un hombre "con actitud positiva".
Enrique Colomer (88 años), en su barbería de Vinalesa.
Se suele despertar a las 5:00 de la mañana y, como buen creyente, asegura que siempre piensa en cómo puede hacer el bien, como profesional y como persona. Aun así, no reniega de sus defectos.
Colomer señala que su jornada laboral se alarga hasta a las 20:00: "Soy el primero que comienza y el último que acaba", para admitir al instante que, si algún servicio no le ha salido como quiere, ya no duerme en toda la noche.
Orgulloso de abrir la persiana día tras día, confiesa que su problema es retirarse. "Llevo pagando como autónomo 72 años", afirma.
En una conversación con este diario, explica que su mujer se encontraba enferma y la única manera de poder recibir medicinas era cotizar a la Seguridad Social mediante el pago de la cuota como trabajador por cuenta propia.
Familia
Enrique tiene tres hijos. Uno de ellos es Nicolás, un niño ucraniano de siete años que se encontraba en Valencia en un centro de acogida y al que Enrique y su mujer Pilar decidieron adoptar como un hijo más.
Lo curioso es que su madre biológica ahora convive con ellos en Vinalesa, a la que también considera su hija. "La cuido yo".
Peluquería Enrique, en Vinalesa (Valencia).
Pero durante el proceso de adopción sufrió la traición de su abogado: "Me dijo que me iba a traer al niño y me engañó. Me pedía 400.000, 200.000, 1 millón de pesetas... Cuando me enteré que en Conselleria la petición no se había realizado me quedé muerto".
Explica que en un encontronazo que tuvieron, éste le sacó una pistola y le dijo: "'Pégame un tiro que me lo merezco'", pero Enrique no se atrevió a hacerlo". Pese a ello, advierte, "se recoge lo que siembras".