María José Catalá, junto a Carlos Mazón y Juanfran Pérez Llorca. PPCV

María José Catalá, junto a Carlos Mazón y Juanfran Pérez Llorca. PPCV

Valencia

Catalá y Pérez Llorca sellan su alianza tras las tensiones en el PPCV: escenifican la paz en el partido a la espera de 2027

Los dos dirigentes tratan de mantener la estabilidad a nivel interno lo que queda de legislatura. En el PPCV existe el temor a un cierre en falso de la crisis. 

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Valencia
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La vida interna de los partidos hace y deshace alianzas según los momentos. Y este es el momento en el que Juanfran Pérez Llorca y María José Catalá han decidido sellar la suya tras los episodios de tensión vividos en el PPCV a raíz de la dana.

Nadie sabe cuánto durará, pero ya ha sido escenificada. Ambos tienen objetivos compartidos en el actual contexto. Y ambos se parecen más de lo que aparentan. 

Todo ocurrió este miércoles. El candidato a la presidencia de la Generalitat acudió al Ayuntamiento para reunirse con la alcaldesa de Valencia por la mañana. No hubo convocatoria pública ni foto.

El apoyo de ella era indispensable para él y a los dos les conviene dar una imagen de unidad del partido ahora mismo

Catalá fue la primera en firmar la candidatura de Pérez Llorca, que la totalidad de los diputados de Les Corts tenía que rubricar antes de que fuera registrada. Todo un gesto con significado. 

El movimiento fue bastante comentado en las filas del PPCV. Catalá y Carlos Mazón no pasaron por sus mejores momentos tras la dana. La alcaldesa de Valencia protagonizó un alejamiento de él las primeras semanas en lo que se interpretó como un intento de desvinculación. 

La relación se trató de reconducir pasados los meses y hubo cierto acercamiento, pero las rencillas permanecieron.

La alianza entre ambos fue estratégica de cara a las elecciones de 2023. Mazón aterrizaba en Valencia desde Alicante antes del congreso que lo tenía que ratificar como líder del PPCV tras ser señalado por Génova (entonces, con Pablo Casado al frente). 

Llegó a la capital de la mano de Catalá, cuyo objetivo era ganar el Ayuntamiento. Los dos lograron sus metas: consistorio y Generalitat. La vida interna de los partidos se suele pacificar (más o menos) cuando se gobierna. Y así ocurrió el primer año. 

Durante ese tiempo asomaban algunos choques o escasas sintonías, como las que podían tener Catalá y el presidente de la Diputación de Valencia, Vicente Mompó. Pero todo se mantenía en orden dentro de los equilibrios internos. 

Temor en el PPCV

Hasta que llegó la dana. Una crisis institucional de tal calibre a raíz de una tragedia tan grave llevó a los reposicionamientos dentro del partido. El liderazgo de Mazón comenzó a ser cuestionado y la decisión sobre él tenía que llegar por parte de la dirección nacional. 

Con su dimisión, se abre una nueva etapa. Resulta complicado un 'reset' porque los ánimos en el PPCV tampoco son de lanzar cohetes. Existen descontentos y desconciertos entre los cargos sobre la manera de proceder de la dirección regional y la dirección nacional. Hay temor a que se cierre en falso la actual crisis y que todo estalle antes de 2027

Pero mientras eso llega, las alianzas se vuelven a tejer. Y al igual que hizo Mazón, también Pérez Llorca ha afianzado la suya con Catalá, con quien siempre ha tenido interlocución. Seguramente, ambos sean los líderes del PPCV más pragmáticos.  

Al tándem se tendrá que sumar Mompó, pues para ese mensaje de unidad es necesaria la provincia de Valencia. Con ellos tres, llegaría la estabilidad del partido en lo que queda de legislatura. Y con todo abierto para 2027. 

La idea de Génova es que Pérez Llorca asuma la presidencia del PPCV junto a la de la Generalitat por el momento. Algo que descarta la posibilidad de gestora. Y, más adelante, decidirá sobre el congreso regional que pide la dirección valenciana

¿Podrían acabar Pérez Llorca y Catalá como ticket electoral a la Generalitat y al Ayuntamiento respectivamente? Tal vez sea un deseo compartido (inesperadamente) de ambos. Pero todo dependerá de Feijóo y de su dedo señalador. Sea a través de cónclave, de una designación directa antes de celebrar un congreso o de una elección sin más.