Pablo (21), trabaja como DJ en diferentes países de Europa mientras estudia. EE

Pablo (21), trabaja como DJ en diferentes países de Europa mientras estudia. EE

Valencia

Pablo (21), trabaja como DJ en diferentes países de Europa mientras estudia: "Fuera de España la gente se divierte más"

El joven valenciano aprovecha su Erasmus para pinchar música por 100 euros la hora.

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En apenas 365 días ejerciendo como DJ profesional, el joven valenciano Pablo Martínez ya ha trabajado en discotecas de varios países europeos como República Checa e Irlanda.

Aprovechando su etapa de formación en ADE en la universidad, en una carrera que no tiene nada que ver con el mundo musical, no se ha conformado únicamente con salir de fiesta, sino que la ha creado él mismo.

Aunque asegura que "es solo un hobby", con tan solo 21 años y mucha ambición, Pablo ha logrado pinchar en las discotecas más importantes de Valencia, Dublín, República Checa y Praga. Así, ha podido llegar a una conclusión: "Fuera de España la gente se divierte más de fiesta".

Para él es la única diferencia, ya que después de haber pinchado en varios países, Pablo revela que "se cobra prácticamente lo mismo": "Lo que me han pagado en España y en República Checa igual varía en 10 euros".

Así, asegura que lo que realmente marca el precio de una sesión DJ es el renombre de quien actúa. Y también el tipo de evento: "Las fiestas privadas siempre se pagan mejor", apunta. Por ejemplo, en uno de estos eventos cobró 200 euros por un par de horas de música. A 100 euros la hora.

Mirándolo con perspectiva, Pablo reconoce que no ha sido cuestión de suerte, sino de trabajo duro. "Me empecé a interesar por este mundo con 18 años, cuando empecé a ir a discotecas".

Allí se dio cuenta de que no le gustaba simplemente disfrutar de la música: "Cuando iba con mis amigos me fijaba en cómo los DJs ponían la música y disfrutaban, y quise hacerlo yo".

El joven valenciano relata cómo, indagando a través de redes sociales, encontró una escuela en Valencia donde enseñaban a pinchar música. A partir de ahí, su vida cambió. "Primero hice el curso de iniciación y cuando vi que me gustaba, me apunté al avanzado. Eso fue en febrero de 2024", recuerda.

Justo terminó el curso en el verano de ese año, y en septiembre se fue de Erasmus a Brno, República Checa. "Mi primera vez pinchando a nivel profesional fue allí, en una fiesta de bienvenida", explica.

Y asegura que lo consiguió simplemente teniendo la picardía de hablarle a la empresa que organizaba la fiesta: "Les escribí porque me interesaba trabajar durante todo mi Erasmus y me dijeron que sí".

Poco a poco fue haciendo sesiones de DJ en más ocasiones, y desde septiembre hasta diciembre, el tiempo que estuvo viviendo en Brno, ambientó diversas fiestas. "Hacíamos tres o cuatro al mes, yo ponía la música y mis amigos disfrutaban", recuerda.

Además, apunta Pablo que durante esos meses también tuvo la oportunidad de pinchar varias veces en Praga: "Había DJs de Madrid, hice muy buena amistad y trabajé con ellos". Así fue su estreno por todo lo alto en el mundo de la música.

"Los españoles estaban a gusto conmigo porque ponía música que les gustaba, y la verdad que todos nos lo pasábamos bien", asegura.

Ya en España tuvo la oportunidad de pinchar en Jávea en Nochevieja, en marzo en carpas como la de la Falla Exposición, y en discotecas de renombre como Tulum, Indiana y Cachao

Ahora estudia en Dublín, donde también ha podido trabajar como DJ. "Pinché en la fiesta de bienvenida y el día de la Hispanidad", recuerda.

Cuatro países, un mismo hobby. Pablo todavía está en Irlanda, pero cuando regrese a Valencia ya está fichado por una discoteca.