Carlos Mazón, en Les Corts durante el Debate de Política General. EFE/ Kai Forsterling

Carlos Mazón, en Les Corts durante el Debate de Política General. EFE/ Kai Forsterling

Valencia

Sintonía en los primeros contactos entre el PP y Vox para negociar los presupuestos de la Generalitat de 2026

El PP se muestra confiado en el pacto mientras el presidente de la Generalitat equilibra entre evidentes guiños y algunos desmarques. 

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El PP ya ha iniciado los primeros contactos con Vox para sacar adelante los Presupuestos de la Generalitat de 2026. 

Según confirman fuentes de ambas formaciones, los populares han transmitido oficialmente a los que fueran sus socios en el Ejecutivo su intención de aprobar las cuentas y, por tanto, de negociar su apoyo

Desde Vox se muestran abiertos al diálogo en este sentido, si bien es muy pronto para concluir que darán su respaldo. De hecho, algunos veían precipitados los tiempos

El PP cuenta con un mes por delante para tratar de cerrar la primera parte del acuerdo, al igual que ocurrió en los Presupuestos de 2025, si quiere presentarlos dentro del plazo legal (antes del 31 de octubre). 

Todo tendrá que contar con el visto bueno de la dirección nacional de Vox comandada por Santiago Abascal, al igual que ocurrió con las anteriores cuentas ahora vigentes.

Su presentación permaneció bloqueada durante varios meses debido a que ambas formaciones no lograban cerrar un pacto que encalló en las materias de inmigración, políticas verdes y lengua. 

Fue el pasado marzo, en plenas Fallas, cuando Mazón anunciaba el entendimiento tras meses de discretas conversaciones. No gustó a todo el mundo en el PP, pero necesitaba marcarse un tanto ante su debilidad política por la gestión de la dana. Y lo consiguió. 

El presidente de la Generalitat asumió en su discurso público importantes postulados de Vox en inmigración o políticas verdes. Fue la gran cesión. 

Posteriormente, llegó la segunda fase de negociación con la tramitación de las cuentas en Les Corts, en las que los populares asumieron algunas exigencias de sus ex socios como recortar las subvenciones a los sindicatos, a la patronal, vaciar el presupuesto de la Acadèmia Valenciana de la Llengua (AVL) y realizar pruebas de edad a menores migrantes para cotejar que no son mayores de edad.

Con todo ello, los Presupuestos de 2025 eran aprobados a finales del pasado mayo. Una luz verde que permitió a Mazón ganar tiempo, afianzar la legislatura y mantener estabilidad en un momento en el que la dirección de su partido se estaba planteando su relevo. 

Fue a partir de la aprobación de esas cuentas cuando el líder del Gobierno valenciano cambió el paso y diseñó una estrategia de resistencia al frente de la Generalitat que sigue manteniendo hasta hoy.

El portavoz de Vox, José María Llanos, en la tribuna de Les Corts bajo la mirada de Mazón. José Cuéllar / Corts

El portavoz de Vox, José María Llanos, en la tribuna de Les Corts bajo la mirada de Mazón. José Cuéllar / Corts

En aquel momento, eran muchas las voces -incluso dentro del propio Ejecutivo autonómico- que daban por hecho que serían los últimos presupuestos. 

La interpretación era que se trataba de los que permitían finalizar la legislatura, pues en ellos también estaban incluidos los llamados 'presupuestos dana'.

Pero la percepción ha cambiado y en el PP se muestran confiados en poder aprobar los de 2026. Ven por el momento buena sintonía con Vox. 

El plan de 2027

Si los de 2025 eran los de la 'salvación' de Mazón, los de 2026 pretenden ser los de la normalidad. El presidente de la Generalitat trata de llegar a 2027 y, aunque no se aventura a explicitarlo públicamente, aspira a volver a ser candidato. 

Nuevas cuentas, impulso de la gestión de su Gobierno y debates políticos al margen de la dana es lo que tiene planeado pese a todos los contratiempos que puedan venir. 

Incluso con la introducción de manera consciente de ciertas polémicas, como las expuestas en el Debate de Política General de esta semana en relación a la lengua.

No fueron casuales sus anuncios enmarcados en la llamada "batalla cultural". Impulsar una (imposible) reforma del Estatuto de Autonomía para cambiar el nombre de la Acadèmia Valenciana de la Llengua (AVL) o aprobar una nueva ley de señas de identidad es algo que agrada a Vox en los momentos iniciales de la negociación de los presupuestos. 

Una manera de abonar el terreno y exhibir cercanía que el PP puede permitirse romper en otras cuestiones de menor relevancia, como las propuestas de resolución del Debate de Política General votadas este jueves. 

En ellas, los populares se desmarcaron de Vox en sus textos sobre inmigración, igualdad y vivienda. Propuestas que, en todo caso, no son vinculantes y solo sirven para marcar posición. Un distanciamiento controlado antes de un deseado acercamiento en el que volverá a haber cesiones.