Vicente Barrera, este jueves junto a Ignacio Garriga en su visita a Valencia. Rober Solsona / EP

Vicente Barrera, este jueves junto a Ignacio Garriga en su visita a Valencia. Rober Solsona / EP

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Vicente Barrera, un año después de romper Vox en la Generalitat: "Fue traumático, pero creo que el electorado lo ha entendido"

Miembros del partido defienden la estrategia por logros como el de presupuestos. Otros excargos como Elisa Núñez nunca quiso dejar el Gobierno valenciano. 

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El 11 de julio de 2024 el presidente de Vox, Santiago Abascal, anunciaba lo que ya llevaba días dándose por hecho en los círculos del partido: que abandonaban los gobiernos autonómicos que compartían con el PP. 

La decisión conllevó la salida de los tres consellers que este partido tenía en la Generalitat: el vicepresidente primero y responsable de Cultura, Vicente Barrera; la consellera de Justicia, Elisa Núñez, y el titular de Agricultura, José Luis Aguirre. Carlos Mazón los cesó de manera fulminante.

"Fue traumático. Una decisión dura. Yo tuve mis dudas de si esto se iba a entender. Pero pasado el tiempo creo que el partido tuvo razón y el electorado ha entendido que somos un partido de fiar", afirma Barrera en declaraciones a EL ESPAÑOL. 

"Para mí fue una experiencia muy enriquecedora estar en el Gobierno. Nunca había estado en política y el salto me dio vértigo. Trabajamos y cumplimos con los objetivos que nos estábamos marcando hasta donde pudimos llegar", señala. 

"Se produjo todo de manera muy precipitada. Lógicamente me hubiera gustado estar 4 años para ejecutar el proyecto que teníamos planeado. En cuanto llegamos tuvimos que hacer rápidamente los primeros presupuestos", rememora. 

La cúpula del partido, sin embargo, decidió la salida. "Mi partido así lo quiso. A  mí nadie me había elegido en las listas e igual que mi partido me ofreció el puesto tenía derecho a quitarme. Así que, como no podía ser de otra forma, obedecí", remarca Barrera. 

"En aquel momento me dio pena porque había un proyecto importante que no podíamos desarrollar, pero entendí que queríamos demostrar que no somos un partido más, sino un partido que cumple con lo que promete a sus electores. El control de la inmigración ilegal era un pacto con el PP que se rompió", indica. 

"Ante esa falta de palabra, Vox decidió irse de los gobiernos porque tenía que cumplir con unos compromisos que había adquirido. En este caso nos volvíamos a nuestra casa porque no queríamos ser cómplices de una decisión que iba en contra de nuestra filosofía de partido", añade.

En aquel momento, apenas se había cumplido el primer año de legislatura y ni siquiera se había alcanzado el aniversario del Ejecutivo valenciano.

La decisión de Abascal sorprendió a los dirigentes y cuadros diversos de Vox en la Comunitat Valenciana. El argumento usado fue que se produjera un reparto de menores migrantes no acompañados entre las Comunidades Autónomas (CCAA) para aliviar la situación de Canarias.

Vox aseguraba que el PP había incumplido un punto del pacto de gobierno en los territorios, si bien la realidad es que los populares no se podían negar tan fácilmente al tratarse de una competencia del Gobierno de España.

Imagen de un pleno del Consell con José Luis Aguirre, Elisa Núñez y Vicente Barrera. Rober Solsona / EP

Imagen de un pleno del Consell con José Luis Aguirre, Elisa Núñez y Vicente Barrera. Rober Solsona / EP

De hecho, fue hace pocos días, el 4 de julio, cuando el Ejecutivo central anunció un viernes por la tarde -para minimizar su impacto- la redistribución de unos 3.000 menores migrantes no acompañados por todo el territorio, quedando exentos los de Cataluña y País Vasco. 

La Generalitat lo ha calificado de "chantaje institucional disfrazado de solidaridad" y desde la Vicepresidencia Primera y Conselleria de Asuntos Sociales que dirige Susana Camarero denunciaron que la Comunitat Valenciana "ya no puede más": "Estamos operando de forma constante al 160 por ciento de nuestra capacidad específica, sin apoyo del Gobierno central".

Este es el escenario pasado un año exacto de la ruptura de Vox. El reparto de menores se ha producido y el partido de Abascal sigue apretando al PP con este asunto desde fuera de los gobiernos. 

En estos 12 meses han ocurrido muchas cosas en la Comunitat. La más triste, sin dudas, la dana que golpeó a la provincia de Valencia el pasado octubre, y que ha supuesto un gran desgaste político para el presidente de la Generalitat, Carlos Mazón, cuya figura ha quedado cuestionada por la gestión.

Barrera valora que, si Vox hubiera seguido en el Ejecutivo, "hubiera hecho todo lo humanamente posible para gestionar lo mejor posible la tragedia". 

"No sé si lo habríamos hecho mejor o peor, no puedo tirar esa piedra ahora y no quiero sacar rédito electoral de esto. No voy a defender a Mazón, la gestión ha sido mejorable. Pero el Gobierno central también ha eludido su responsabilidad", comenta el exvicepresidente de la Generalitat. 

Para Barrera, la falta de las obras pendientes del Ejecutivo es "la causa directa" de la catástrofe y "quien tenía la responsabilidad era el Ministerio".

Las dudas

El balance de Barrera sobre la salida de Vox de la Generalitat hace un año es compartido por la mayoría de fuentes del partido consultadas por este periódico. Éstas admiten que al principio les generó dudas. Sobre todo de cómo lo entendería el electorado en la Comunitat Valenciana. 

Pese a ello y pese a las tensiones que generó, piensan que el resultado de la estrategia les ha beneficiado porque han podido presionar más al PP desde fuera que desde dentro del Gobierno. 

La muestra que todos mencionan es la de los Presupuestos. Pruebas de edad a menores migrantes, recortes a patronal y sindicatos o el "estrangulamiento" de la Academia Valenciana de la Lengua (AVL) son solo algunas de las cesiones de los populares para que las cuentas salieran adelante

A ellos se une que Mazón asumió en su discurso de anuncio del acuerdo gran parte de los postulados de Vox en inmigración o políticas verdes. 

Este mismo jueves, el secretario general de Vox, Ignacio Garriga, sacó pecho de los "grandes hitos y logros" conseguidos por su formación en las negociaciones de las cuentas en las autonomías durante un acto en Valencia. 

El balance positivo sobre la salida de los gobiernos tampoco lo compartieron todos en su momento ni lo comparten ahora

La exconsellera Elisa Núñez, el día del traspaso de carteras tras la salida de Vox. Eduardo Manzana / EP

La exconsellera Elisa Núñez, el día del traspaso de carteras tras la salida de Vox. Eduardo Manzana / EP

La exconsellera Elisa Núñez, que dejó Vox tras la ruptura en la Generalitat, quiso dejar claro en una carta dirigida a Abascal que nadie en la cúpula del partido le avisó de nada y que se enteró por los medios de comunicación de la ruptura del pacto. 

No compartía, dijo, "la deriva radical que el Comité Ejecutivo Nacional de Vox ha introducido en las políticas contra la inmigración irregular y en materia de violencia contra la mujer".

Lo cierto es que Núñez era partidaria de continuar en el Gobierno valenciano, en el que mantenía buena relación con el resto de miembros -incluyendo los del PP- por el compromiso que cree que habían adquirido con los ciudadanos. 

Pocos días antes de la ruptura había presentado su balance de gestión, en el que destacaba que a mitad de 2024 había ejecutado más del 52% del presupuesto de su Conselleria. 

En un reciente entrevista en la 99.9 Valencia Radio relató que el día en el que se enteró de la ruptura en la Generalitat lo vio por À Punt y unos minutos después la llamó Mazón para comunicarle que la cesaba.

Al día siguiente el partido le mandó un enlace para conectarse a una videoconferencia en la que tampoco les explicaron nada. A los días presentó su baja en el partido.