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Un número creciente de familias del Distrito Escolar Unificado de Los Ángeles (LAUSD) está optando por una alternativa diferente para evitar la diversidad de operaciones y acciones efectuadas por ICE: clases en línea. Aunque la opción virtual ya existía antes del conflicto actual por temas de pandemia, su uso se ha disparado como estrategia de protección.

Clases en línea: ¿qué implican y cómo funcionan?

Lanzada en agosto pasado, esta alternativa, la cual forma parte del programa “We Are One, Estamos Unidos”, ofrece educación completamente en línea, incluyendo cursos especializados en ciencias, idiomas, tecnología y servicio público.

En esta alternativa, los estudiantes tienen asignaciones académicas similares a las de las escuelas presenciales, trabajo independiente, interacción virtual con compañeros y maestros, tutorías, y un currículo con estándares equivalentes.

El programa nació como una campaña de respaldo a familias y comunidades en situación vulnerable, y la expansión de la modalidad en línea se ha convertido en una de sus principales herramientas.

Durante este año, el LAUSD amplió sus programas de verano ofreciendo educación virtual, al mismo tiempo que aumentaba el número de sedes de programas presenciales de 220 a 320.

Esto fue parte de una respuesta institucional para atender el miedo creciente entre familias inmigrantes, muchas de las cuales manifestaron su preocupación por la seguridad al trasladarse al campus. De acuerdo con datos recientes, la inscripción en academias virtuales ha crecido alrededor de un 7% respecto al año anterior.

Ejemplos de instituciones que aplican esta estrategia

Una universidad que ha actuado con rapidez es Cal State L.A., y es que ante el temor de estudiantes que usan transporte público o que residen en zonas con presencia de agentes migratorios, la institución anunció que profesores tienen la opción de mover sus clases al formato remoto, conceder inasistencias justificadas y permitir trabajo alternativo para quienes lo necesiten.

Además de su aplicación por parte de diversas academias, el mismo distrito ha puesto en marcha, desde el inicio de clases en semanas pasadas, otras estrategias para proteger a su comunidad de estudiantes:

  • Zonas de “safe zone” alrededor de escuelas: operaciones migratorias no deberían realizarse dentro de un radio de dos manzanas de los planteles desde una hora antes hasta una hora después de la jornada.

  • Rutas de autobús ajustadas: se modificaron trayectos para evitar que los estudiantes crucen por zonas consideradas de riesgo.

  • Paquetes informativos de preparación familiar: incluyen contactos de emergencia, derechos legales y pasos a seguir en caso de detención.

  • Personal adicional en escuelas de alto riesgo: cientos de empleados de oficinas centrales fueron desplegados en el primer día de clases para acompañar a estudiantes y familias.

  • Patrullas comunitarias y observadores voluntarios: docentes y vecinos organizan rondas alrededor de escuelas como Maya Angelou Community High School para alertar sobre posibles operativos.

En combinación con otras medidas de seguridad, esta estrategia ligada al programa We Are One refleja cómo la comunidad educativa de Los Ángeles busca resistir la presión de las redadas y garantizar que el derecho a la educación se cumpla sin miedo.