Las restrictivas políticas del presidente Donald Trump han ocasionado un gran impacto en la fuerza laboral de Estados Unidos de forma inédita. Y es que de acuerdo con datos preliminares de la Oficina del Censo, analizados por el Centro de Investigación Pew, detectó que más de 1,2 millones de inmigrantes han abandonado sus empleos entre enero y julio.
Una pérdida que sacude a la economía
En el mismo estudio, difundido por el medio AP News, los inmigrantes representan cerca del 20% de la fuerza laboral estadounidense. El impacto es mayor en áreas específicas como la agricultura, la pesca y la silvicultura, donde el 45% de los trabajadores proviene de otros países.
De acuerdo con Stephanie Kramer, investigadora de Pewa, la presencia de trabajadores inmigrantes también está reflejada en áreas como la construcción, con un 30%, y los servicios, con un 24%.
La disminución marca la primera reducción de la población inmigrante en décadas, después de que alcanzara un máximo de 14 millones de personas indocumentadas en 2023.
Pese a que Trump asegura centrar las deportaciones en “delincuentes peligrosos”, la mayoría de los detenidos por ICE carece de condenas penales. El endurecimiento ha frenado drásticamente los cruces ilegales en la frontera, pero al mismo tiempo ha vaciado granjas, sitios de construcción y centros de salud en todo el país.
Testimonios desde el campo
La crisis laboral se refleja en historias como la de Lidia, quien lleva más de dos décadas trabajando en campos de tomate en California. Aunque teme ser detenida al conducir, insiste en que debe seguir trabajando: “Necesitamos alimentar a nuestras familias y pagar nuestro alquiler”, dijo a AP.
En Texas, Elizabeth Rodríguez, del Ministerio Nacional de Trabajadores Agrícolas, denunció que las redadas de ICE paralizaron la cosecha de sandía y melón en mayo: “Muchas cosechas se desperdiciaron”. En California, la productora Lisa Tate relató cómo el miedo se expandió entre jornaleros de cítricos y aguacates tras los arrestos masivos de primavera: “La gente estaba siendo sacada de las lavanderías, fuera del lado de la carretera”.
Construcción y salud en riesgo
El sector de la construcción también muestra señales de estancamiento. Datos de la Asociación de Contratistas Generales de América revelan pérdidas de empleo en la mitad de las áreas metropolitanas del país.
Solo en Riverside-San Bernardino-Ontario, California, se reportaron 7.200 empleos menos, mientras que en Los Ángeles se perdieron 6.200. Según Ken Simonson, economista jefe de la asociación, muchos contratistas contratarían más personal si no hubiera restricciones tan severas al flujo de trabajadores.
En paralelo, especialistas advierten sobre un futuro incierto para la atención médica. Kramer señala que los inmigrantes representan 43% de los asistentes de atención domiciliaria en EE. UU. y alrededor de la mitad de los trabajadores de cuidado a largo plazo en California. Arnulfo De La Cruz, presidente de SEIU 2015, alertó: “¿Qué va a pasar cuando millones de estadounidenses ya no puedan encontrar un proveedor de atención domiciliaria? ¿Quién va a dotar de personal a nuestros hospitales y hogares de ancianos?”.
Incertidumbre sobre el futuro
Los expertos advierten que la salida masiva de inmigrantes amenaza con desacelerar el crecimiento económico del país. Pia Orrenius, economista laboral del Banco de la Reserva Federal de Dallas, explicó que los inmigrantes suelen aportar al menos el 50% del crecimiento del empleo en EE. UU., una dinámica que ahora se ha detenido casi por completo.
