Publicada

En Los Ángeles, la presencia de agentes de inmigración ha tomado un giro distinto con la llegada de unidades especiales entrenadas con tácticas similares a las de fuerzas SWAT. La noticia ha generado inquietud entre organizaciones y comunidades migrantes, que ven en este movimiento un endurecimiento de las operaciones de control y detención.

Agentes con entrenamiento táctico y operaciones de alto riesgo

De acuerdo con AP, estas unidades de ICE, conocidas como Special Response Teams, están integradas por oficiales de deportación que reciben entrenamiento táctico avanzado muy similar al de un grupo SWAT. Su preparación incluye técnicas de ingreso forzado, uso de armas especializadas y protocolos para manejar escenarios de alto riesgo.

No se trata de personal común de inmigración, sino de agentes con la capacidad de enfrentar operativos donde se consideran amenazas mayores.

Su función principal es brindar apoyo en redadas o situaciones que ICE clasifica como de “alto riesgo”, además de escoltar a personas consideradas peligrosas durante procesos de deportación.

Estos equipos se han convertido en un recurso estratégico para reforzar la seguridad de los agentes y asegurar que las detenciones se ejecuten sin margen de error. La existencia de alrededor de 450 oficiales con esta capacitación muestra la importancia que el Gobierno les ha asignado dentro de su estructura.

Ciudades donde se extiende el despliegue

Aunque la atención se ha concentrado en Los Ángeles, la realidad es que el alcance de estos equipos va más allá de California. AP confirmó que estos grupos también han sido desplegados en Portland, Oregón, y Washington, D.C., lo que refleja un esfuerzo coordinado para cubrir distintas regiones estratégicas del país.

La elección de estas ciudades no es casualidad, pues en todas ellas se han registrado tensiones relacionadas con políticas migratorias y un alto volumen de operativos. En Los Ángeles, su presencia refuerza una ciudad con gran población migrante; en Portland, se enmarca en un historial de confrontaciones con autoridades federales; y en Washington, su despliegue tiene un evidente simbolismo político.

Este panorama indica que la estrategia de ICE apunta a reforzar su autoridad en lugares clave y de alta visibilidad nacional.

Impacto en la comunidad migrante

Para la comunidad migrante, la llegada de equipos con entrenamiento táctico intensifica el clima de temor y vulnerabilidad. Organizaciones civiles han advertido que un mayor nivel de militarización en las detenciones podría traducirse en un aumento de la desconfianza hacia las instituciones, así como en el riesgo de que se cometan abusos durante los operativos.

La percepción de que ICE ahora actúa con herramientas más agresivas genera un ambiente de presión constante entre familias indocumentadas.

Además, la narrativa oficial que justifica su uso en casos de alto riesgo puede dejar la puerta abierta a que se normalice su intervención en situaciones más comunes. Esto podría tener un efecto directo en la vida diaria de miles de migrantes, que sentirán mayor inseguridad en espacios públicos y en sus comunidades.