En el arranque del nuevo ciclo escolar, el superintendente del Distrito Escolar Unificado de Los Ángeles (LAUSD), Alberto M. Carvalho, presentó una serie de medidas para garantizar que estudiantes y familias no sean intimidados por la presencia de autoridades migratorias en entornos escolares. Estas acciones buscan frenar el temor que las políticas de inmigración han provocado en comunidades migrantes, especialmente en un momento clave como el regreso a clases.
Estrategias para blindar las escuelas contra el miedo
Carvalho destacó que la seguridad de los más de 540,000 alumnos es prioritaria y que ningún niño debería quedarse en casa por miedo. Para ello, el distrito ha modificado algunas rutas de transporte escolar, con el fin de ofrecer trayectos más seguros y accesibles para las familias que temen encontrarse con operativos migratorios en su camino a clases.
Además, se han distribuido paquetes de información que incluyen asesoría legal y recursos de protección tanto para estudiantes como para sus padres. Entre estos materiales se encuentran tarjetas de color llamativo con instrucciones claras sobre cómo actuar y qué derechos invocar en caso de que agentes de inmigración intenten establecer contacto.
Esta herramienta, inspirada en iniciativas de organizaciones defensoras de migrantes, pretende empoderar a la comunidad escolar con información práctica y de fácil acceso.
Un compromiso público con la seguridad escolar
Según reporta The Guardian, el LAUSD también ha establecido perímetros de seguridad durante eventos masivos, como ceremonias de graduación, para impedir la presencia de ICE en zonas cercanas a los campus.
Carvalho enfatizó que las escuelas son espacios de aprendizaje y no deben convertirse en lugares donde la política migratoria genere temor. “No permitiremos que el miedo se instale en nuestros vecindarios”, recalcó, subrayando que la educación debe darse en un ambiente libre de amenazas.
Estas acciones se complementan con una mayor coordinación entre la policía escolar y organizaciones comunitarias, de manera que cualquier indicio de actividad migratoria cerca de las escuelas sea detectado y atendido de inmediato.
Con estas medidas, el Distrito Escolar Unificado de Los Ángeles envía un mensaje inequívoco: sus aulas seguirán siendo entornos seguros para todos los estudiantes, sin importar su estatus migratorio.
