El polémico centro de detención migratoria conocido como Alligator Alcatraz, impulsado bajo la administración de Donald Trump, enfrenta una nueva batalla legal. Esta vez, una tribu nativa de Florida ha recibido autorización judicial para sumarse a la demanda federal que busca frenar las operaciones del centro. El fallo representa un nuevo obstáculo para el proyecto, ya cuestionado por sus impactos ambientales y sociales.
La tribu Miccosukee entra en la disputa legal
De acuerdo con AP News, la tribu Miccosukee de Florida solicitó intervenir formalmente en la demanda presentada por organizaciones como Friends of the Everglades y el Center for Biological Diversity. Estas organizaciones argumentan que el centro Alligator Alcatraz, ubicado en los Everglades, se construyó sin los estudios de impacto ambiental adecuados y vulnera ecosistemas sensibles.
La tribu alega que el proyecto afecta directamente tierras ancestrales, sitios ceremoniales y áreas de vida comunitaria, y que no se realizó ninguna consulta previa como lo exige la ley federal. El juez encargado del caso aceptó la adhesión de la tribu como parte del proceso legal, reconociendo su interés directo en la preservación del territorio.
Un revés adicional para el centro y su defensa legal
Según reportes del News Service of Florida y WGCU, los abogados del estado de Florida, quienes defienden el proyecto, se opusieron activamente a la participación de la tribu, argumentando que sus reclamos eran redundantes respecto a los presentados por los grupos ambientalistas. Sin embargo, el tribunal desestimó esas objeciones y avanzó con la integración del reclamo indígena al expediente judicial.
Este nuevo frente legal aumenta la presión sobre Alligator Alcatraz, un proyecto defendido públicamente por Trump como parte de su política migratoria de mano dura. La incorporación de una tribu nativa refuerza los señalamientos de que el centro fue planeado con poca transparencia y sin considerar sus efectos culturales ni ambientales.
Otro golpe contra Alligator Alcatraz
La adhesión de la tribu Miccosukee a la demanda contra Alligator Alcatraz se suma a una creciente ola de denuncias sobre las condiciones inhumanas que enfrentan los migrantes detenidos en ese centro.
Según reportes de prensa y organizaciones legales, los internos han denunciado falta de agua potable, comida insuficiente, atención médica deficiente, plagas de insectos y condiciones insalubres, especialmente durante lluvias que inundan las tiendas donde se alojan.
Además, abogados y activistas han alertado sobre obstáculos para acceder a representación legal y presiones indebidas para firmar órdenes de deportación. Esta nueva intervención indígena no solo fortalece la dimensión legal del caso, sino que subraya la necesidad urgente de escrutinio sobre un centro cada vez más cuestionado por presuntas violaciones a los derechos humanos.
