Tom Homan, asesor en temas migratorios del presidente Donald Trump, advirtió que desplegará más agentes de ICE en ciudades santuario como Nueva York, luego de un tiroteo que dejó herido a un oficial fuera de servicio.
Nueva estrategia federal de ICE tras el tiroteo en Nueva York
La administración Trump volvió a apuntar contra las ciudades santuario tras un episodio violento ocurrido el sábado por la noche en Riverside Park, Manhattan. Un agente de la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza, que se encontraba fuera de servicio, resultó herido en el rostro y el brazo al ser atacado por dos hombres en lo que la policía investiga como un intento de robo.
Uno de los sospechosos, identificado como Miguel Francisco Mora Núñez, de origen dominicano y en situación migratoria irregular, fue detenido tras llegar herido a un hospital del Bronx. Aunque las autoridades no creen que el ataque estuviera vinculado al rol del agente, el gobierno federal no tardó en utilizar el caso como argumento contra las políticas de protección a inmigrantes.
En una conferencia de prensa, la secretaria de Seguridad Nacional, Kristi Noem, responsabilizó directamente al alcalde de Nueva York, Eric Adams, por las condiciones que permitieron el ataque. “Este oficial está hoy hospitalizado por las decisiones del gobierno local, que eligió no proteger a sus ciudadanos”, dijo.
Tom Homan promete más agentes en las ciudades santuario de Estados Unidos
Tom Homan, figura clave en la política migratoria de Trump, fue aún más contundente. Dijo que Nueva York y otras ciudades que no colaboran con ICE recibirán una respuesta firme: “Vamos a inundar la zona”, aseguró.
Explicó que, ante la falta de cooperación de las cárceles locales para entregar a personas con antecedentes migratorios irregulares, el gobierno federal intensificará los operativos en las calles y lugares de trabajo. “Si no podemos arrestarlo en la cárcel, lo haremos en la comunidad. Y si hay otros indocumentados con él, también serán detenidos”, advirtió.
Homan también aprovechó para calificar a las ciudades santuario como “peligrosas” y dijo que son “refugios para criminales”.