El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, llegó este viernes a Texas junto a la primera dama, Melania Trump, para recorrer las zonas afectadas por las inundaciones que golpearon el estado el 4 de julio. La tragedia dejó más de 120 muertos y al menos 170 desaparecidos, según datos oficiales de la oficina del gobernador Greg Abbott y el Departamento de Seguridad Pública de Texas.
Donald Trump visita Texas después de las trágicas inundaciones
Trump y Melania aterrizaron en San Antonio y se trasladaron en helicóptero hasta Kerrville, uno de los lugares más castigados por el desastre. Allí los recibió una escena desoladora: árboles arrancados de raíz, viviendas destruidas y familias desesperadas por obtener noticias de sus seres queridos.
Junto a Abbott, el presidente mantuvo un encuentro con rescatistas y funcionarios estatales frente a un camión de bomberos local.
Durante su recorrido, Trump expresó su consternación por la magnitud del desastre: “Es algo horrible, nadie puede creerlo. Esa cantidad de agua en tan poco tiempo… es devastador”.
Donald Trump y Melania viajaron a Texas
También explicó que retrasó su visita para no interferir con el trabajo de los equipos de emergencia. Desde la Casa Blanca ya firmó una declaración de desastre para habilitar recursos de FEMA (Federal Emergency Management Agency) en toda la región.
Apoyo federal y mensaje de unidad
Trump reiteró su compromiso con los texanos y evitó hacer señalamientos sobre las responsabilidades del desastre. “Esto es una catástrofe que ocurre una vez cada cien años. No se puede prever algo así”, afirmó.
"Acabamos de visitar a familias increíbles que quedaron devastadas. Perdieron a uno o dos hijos. Es difícil de creer. Nunca había visto algo así: un riachuelo angosto que se convierte en un monstruo, y eso fue lo que pasó. Pero la primera dama y yo estamos aquí en Texas para expresar el amor, el apoyo y la angustia de toda nuestra nación tras esta inundación tan terrible y mortal", aseguró en una ronda de prensa con oficiales de Texas.