Tatiana Cuschnir
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Kilmar Armando Ábrego García, un migrante salvadoreño con estatus legal en Estados Unidos, vivió una pesadilla tras ser deportado por error a una prisión de máxima seguridad en su país de origen. En documentos presentados ante un tribunal federal, sus abogados detallaron que el hombre fue sometido a abusos físicos y psicológicos dentro del CECOT, el penal de máxima seguridad construido en El Salvador.

El caso del hombre que fue deportado por error y sufrió trato inhumano

Ábrego García, de 30 años, se encontraba legalmente en EE. UU. desde 2019 y estaba casado con una ciudadana estadounidense. Sin embargo, en marzo fue deportado junto con un grupo de venezolanos y salvadoreños como parte de una medida impulsada por la administración de Donald Trump bajo la Ley de Enemigos Extranjeros.

Su llegada al Centro de Confinamiento del Terrorismo (CECOT) marcó el inicio de semanas de tortura, según sus abogados. Los letrados explicaron que apenas cruzó las puertas del penal, un funcionario le advirtió: “Bienvenidos a CECOT. Quien entra aquí no sale”.

“Fue pateado en las piernas, golpeado en la cabeza y en los brazos, y arrastrado hasta una celda sin colchón ni ventanas”, afirmaron sus representantes. También reportaron que su cliente perdió 14 kilos en solo dos semanas.

"Fue sometido a graves maltratos a su llegada a CECOT, que incluyeron, entre otros, fuertes palizas, privación severa del sueño, nutrición inadecuada y tortura psicológica", agregaron.

Además, denunciaron que fue humillado al obligarlo a desnudarse frente a otros presos y personal carcelario, y que recibió amenazas constantes.

La situación legal actual del hombre y el miedo a una nueva deportación

El Departamento de Justicia reconoció que su deportación se trató de un “error administrativo”. Ábrego García fue llevado de regreso a Estados Unidos en junio, donde enfrenta cargos por tráfico de personas en Tennessee.

Sin embargo, sus abogados solicitaron al juez que retrase su posible liberación por temor a que sea nuevamente detenido por agentes migratorios.

El caso reaviva las críticas a las políticas migratorias del expresidente Trump, quien buscó aplicar normas extremas incluso a personas con vínculos familiares y estatus regularizado en el país.