
Manuel, uno de los dueños del mítico O Ovo, en Vigo
El mítico bar de Vigo que es referencia de la noche viguesa gracias al huevo que acompaña sus chupitos
Este mítico bar de Vigo es todo un referente de la noche de la ciudad, tras sobrevivir durante más de tres décadas en el Casco Vello gracias a su gran variedad de chupitos
Más en GastroVigo: El sabor de dos tierras en el corazón de Vigo: la única pulpería y arrocería del Casco Vello
Crear una marca y una identidad es uno de los procesos más difíciles al montar tanto un establecimiento de hostelería como cualquier tipo de empresa. Encontrar ese símbolo que te permita ser reconocido está al alcance de muy pocos. La manzana mordida de Apple podría ser un ejemplo, pero en Vigo no hizo falta un gran equipo de marketing para conseguirlo, tan solo un chupito acompañado de un huevo cocido.
Esta combinación ha convertido al mítico bar O Ovo, situado en Rúa Real, en una referencia de la noche viguesa. Fundado en 1986, en plena Movida Viguesa, ha sido una pieza presente en cada una de las historias de vida de los vigueses.
"Nosotros lo empezamos en el 1986, pero ya había un familiar antes que abrió el local en los 70", explica Manuel, que junto a su hermano mayor, José, regenta el establecimiento. "Nosotros seguimos con la tradición del huevo con el chupito de toda la vida", añade.
Cualquiera podría suponer que este curioso acompañamiento para un chupito tiene detrás una mística historia. Pero muy lejos de la realidad: "Eso es para acompañar. Un día pusieron un huevo y a la gente le gustó tomarlo con el chupito de mistela. Triunfó", resume Manuel, que es también una de las personalidades más reconocibles del centro histórico vigués.

Entrada de O Ovo
No solo mantiene la tradición del huevo, O Ovo también mantiene la esencia de lo que un día fue una de las tabernas marineras a la que acudían los trabajadores del puerto de Vigo. "Era una zona marinera y venía la gente del mar, de los barcos, pero ahora ha cambiado todo. La gente ya no es de aquí, es otra gente fuera y cambia mucho", afirma Manuel desde detrás de su segunda casa, la barra de O Ovo.
El bar vivió una de las mejores épocas del Casco Vello con el boom de la movida, pero también un "bajón" a partir de los 2000 debido al abandono que sufrió la zona. "Los ambientes van cambiando", dice Manuel, que asegura que ahora es "muy sano". "Estamos muy contentos porque esta zona está ahora muy bien. Aparte, no es solo gente joven, es gente de todas las edades", explica el dueño de O Ovo.
No eres de Vigo si no has pasado por O Ovo
No hay generación de vigueses que no hayan pasado por este pequeño local del centro de Vigo. "Antes venían los padres, ahora vienen los hijos", confirma Manuel, quien asegura que muchas parejas se conocieron entre sus paredes de color azul.
Además, esos clientes de los 80 y 90 siguen pasando por O Ovo. Son personas, en su mayoría vecinos del Casco Vello, que acuden habitualmente para tomarse su "vinito" con un "pinchito". "Los fines de semana de tarde está todo lleno", asegura Manuel, que explica que muchas personas han vuelto a su local después de 20 años sin pisarlo. O Ovo es ya más que el huevo cocido y el chupito de la noche.

Interior de O Ovo, en Vigo
Este bar es un punto de encuentro para miles de vigueses, de cualquier edad. Incluso personas extranjeras, ya que muchos peregrinos pasan por delante del establecimiento de Manuel, que está valorando realizar el trámite para comenzar a sellar compostelanas. "Como el local es así típico, les gusta, entrar, mirar y tomar algo", sostiene.
Los míticos chupitos de O Ovo
Los clientes cambian, pero hay una constante que mantienen: su gusto por los cócteles y los chupitos. "Eso no cambio", afirma Manuel, que enseña a Treintayseis su amplia oferta que se conoce de memoria.
Según explica, no hay un "chupito estrella", todo depende del gusto de cada uno, de si "le gusta más fuerte o más suave". El Diego Cid es la elección de los más valientes, aunque Manuel destaca el del Mítico Jicho de Vigo, que lleva vodka, ron y granadina.

El mítico chupito de O Ovo con el huevo cocido
La variedad de chupitos se podría considerar casi infinita, pero: ¿cómo los elaboran? La sabiduría popular se une a la investigación en internet y las propias recomendaciones de los clientes, que también les ponen los nombres a los chupitos.
Ese trato casi familiar con el cliente y la "humildad" de Manuel, como bien señala uno de sus clientes habituales presente durante la entrevista con Treintayseis, han llevado a O Ovo a convertirse en un clásico de Vigo. De hecho, los vigueses sienten este local como un monumento histórico que enseñar a amigos de fuera.
"Me siento orgulloso de que la gente vuelva y de que salga contenta", concluye el dueño, que explica que también trata de mantener unos precios asumibles para todo el mundo, ya que quiere que en su local se sientan bienvenidos tanto la persona con menos recursos como la más rica.