Consorcio Casco Vello de Vigo: la clave de las transformación del centro histórico cumple 20 años
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Consorcio Casco Vello de Vigo: la clave de las transformación del centro histórico cumple 20 años
Fundado en 2005, en estas dos décadas ha sido el impulsor de la rehabilitación de 91 edificios, 130 viviendas y 36 locales, una actividad que ha hecho borrón y cuenta nueva en calles que, a principios de siglo, eran inaccesibles y solitarias
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En el número 45 de la calle Ferrería se esconde el Consorcio Casco Vello de Vigo (CCVV). La escasa cartelería, reducida a unos grabados en los cristales de las dos ventanas que acompañan a una puerta blanca son casi una metáfora del trabajo silencioso y alejado de los focos que ha realizado desde su creación, en 2005.
Una calle, Ferrería, y un barrio, el Casco Vello Alto, que a principios de este siglo era intransitable, inseguro, poco accesible y abandonado por el resto de la ciudad; prostitución y droga hacían allí buenas migas con los que frecuentaban la zona. Nada que ver con lo que es ahora.
El cambio se inició hace 20 años, cuando Xunta, Concello y Zona Franca impulsaron el CCVV, con una inversión inicial de unos 30 millones de euros para un plan quinquenal de rehabilitación urbana. Dos años después, en 2007, la Consellería de Vivenda e Solo adquirió la participación de la Zona Franca y la Xunta asumió el 90% del Consorcio y el Concello el 10%, tal y como está estructurado hoy.
Una "aventura" que comenzó en Abeleira Menéndez
Consorcio Casco Vello de Vigo.
En esos momentos, el Casco Vello estaba prácticamente sin habitar, repleto de edificios vacíos, en estados ruinosos, especialmente en la parte alta. Fue precisamente una calle del Casco Vello Alto, Abeleira Menéndez, en la que arrancó el proceso de rehabilitación de la zona. "Empezamos por zonas, concentramos todo el trabajo ahí e íbamos como desde los bordes, intentando avanzar hacia dentro, como 'colonizando' el espacio", explican los técnicos del CCVV.
Ahora mismo, son tres los que trabajan en el Consorcio, y su labor es la de localizar inmuebles o solares, contactar con sus propietarios y negociar una compra para adquirirlo para construir o rehabilitar. Esa misión de localización fue, al principio, ardua y complicada.
"Cuando llegamos aquí, estaba todo en una ruina total y empezamos a buscar a los propietarios, a ponernos en contacto con la gente, había muchas casas sin títulos de propiedad registrados", explican desde el Consorcio. "Una aventura", señalan, en la que se dieron situaciones que hoy son anécdotas que revelan lo costoso de la labor.
Entre otros, 20 herederos que pertenecían a la tercera generación familiar, todos propietarios; emigrantes a Argentina, una persona ciega y otra que decían que estaba muerta pero no era así. Situaciones increíbles que hacían de aquella misión un casi imposible. "Algunos no sabían ni que eran propietarios", añaden.
Algunos edificios siguen en el limbo: el Consorcio lo quiere, los propietarios lo quieren vender pero no se puede comprar porque una parte de los herederos no están localizados. La solución posible en este caso, aportan desde el Consorcio, es la expropiación; de hecho, ya se encuentra en el registro de solares del Concello.
Freno para las viviendas turísticas
Las viviendas que se han construido en estos 20 años, 130, en 91 edificios, además de otros 36 locales, son todas en régimen de protección autonómica, un detalle importante porque se convierte en un freno para las viviendas turísticas. Es decir, el problema que se está expandiendo por centros históricos de ciudades como A Coruña o Santiago, en Vigo no está ocurriendo.
De hecho, desde el CCVV señalan que "a alguno que se le ocurrió poner su piso como vivienda turística" y "al día siguiente ya estaban llamando a la Xunta los vecinos y se le acabó el negocio". Así, en lugar de un espacio para turistas, el Casco Vello Alto ha recuperado la forma y vida de un barrio.
Berbés.
Tras el Casco Vello Alto, la zona de acción para la rehabilitación completa es el Berbés, donde ya son propietarios de casi todos los inmuebles, dos de ellos ya rehabilitados y en otros dos se están comenzando las obras, además del edificio Redeiras de la UVigo y el albergue de peregrinos; posteriormente, el plan es ir ascendiendo en zonas como Poboadores.
"Vamos buscando las zonas que están mal y, donde la iniciativa privada no llega, pues llegar nosotros", concluyen. Además, añaden, ser una entidad pública genera más confianza a los propietarios que se deciden a vender: no se especula con lo construido, sino que se destina a nuevos inquilinos, ya sea a través de la venta o del alquiler, al igual que en los locales.
Números del éxito
Calle Ferrería.
Esos 36 locales, seis están vendidos, 29 están en alquiler y sólo queda uno vacío. Una iniciativa que supone también un impulso para el comercio local y para dotar de vida al barrio: desde el Registro Civil, una escuela de magia, otra de inglés y otra de cómic, un coworking, una productora y un comercio de alimentación, entre muchos otros negocios, han ayudado a transformar la zona.
Un gasto de más de 50 millones de euros en 20 años en los que el Consorcio Casco Vello de Vigo ha adquirido 91 inmuebles, de los que se han rehabilitado 72, 11 de ellos cedidos a otras entidades o administraciones. En cuanto a viviendas, son 130 rehabilitadas, con 120 vendidas, 8 en alquiler y 2 actualmente vacías.
Recuperación de la zona histórica y de las raíces de la ciudad
"La recuperación del Casco Vello de Vigo es una de las grandes noticias de la ciudad en las dos últimas décadas y urbanísticamente la más importante sin ninguna duda", señala la delegada de la Xunta en Vigo y presidenta del Consorcio Casco Vello, Ana Ortiz.
Los números, "inapelables", le dan la razón: "91 edificios rehabilitados, 130 viviendas y 36 locales en marcha para dar vida de nuevo a un barrio que se encontraba en muy mal estado". Un ejercicio que ha permitido "no sólo recuperar la zona histórica y las raíces de la ciudad", sino que se ha puesto "a disposición de los vigueses vivienda de promoción pública".
Edificio rehabilitado en el Casco Vello Alto.
"Calles enteras como las del Casco Vello Alto lucen ahora como nunca antes habíamos visto, con decenas de emprendedores y negocios que han decidido que su futuro está en el barrio histórico, pero sobre todo con niños y niñas de nuevo jugando en sus plazas", añade Ortiz.
Estos 20 años ha sido gracias "al trabajo de las personas que gestionan el Consorcio y de las anteriores presidentas y presidentes", celebra la presidenta del CCVV, que muestra su "compromiso firme" para mantener esta línea de acción y que "el Casco Vello de Vigo tenga una rehabilitación integral en el menor tiempo posible".
A pesar del trabajo que se ha llevado a cabo a lo largo de estas dos décadas, pocos conocen el Consorcio, y muchos desconocen la labor que llevan a cabo; en resumen, gestionar las obras, las compras y luego la posventa.
Un éxito del que, para ver sus frutos, sólo hace falta pasearse por el Casco Vello Alto, antes oscuro y sombrío, y hoy lleno de luz y de vida.