Espectacular arranque de concierto pocos minutos después de lo previsto. Flecos, bailes y toda la atención de un público vestido para la ocasión con brillos, sombreros y mucha ilusión hacia el primero de los cinco conciertos que la artista dará en España.
La sorpresa llegaría en el momento en que J Lo saluda y lo hace en inglés. El público se remueve: “Si eres latina”, “esta chica no sabe dónde está”, “igual ubica Vigo en Alabama”... (aludiendo a su equivocación en redes sociales previa al concierto) e incluso a viva voz un “yo soy español, español, español…”. Ni con esas. Ni dos palabras en español en todo el diálogo con el público. Y, eso sí, dos “spanish songs”, dijo Jenny, que, para ser sinceros, tampoco fueron las esperadas por el público.
Nadie sacó a debate la puesta en escena, la entrega en los bailes o los cambios constantes de vestuario. Eso fue incuestionable. Incluso se valoró positivamente el guiño al flamenco, la guitarra española y los atuendos de toreros de los bailarines.
Pero, ¿por qué habla en inglés? La percepción fue de “concierto prefabricado” (150€ era el precio de las entradas en Pista A) y poco pensado para la ocasión. Falta de coherencia hacia ese orgullo de raíces latinas del que tanto presume y al que alude constantemente (a pesar de haber nacido en Estados Unidos) y poco valor a un público, el hispano, que tanto le ha dado.
¡Qué menos! Si hay artistas, David Guetta el domingo en el Gozo Festival sin ir más lejos, que, no teniendo las mismas facilidades, se esfuerzan en hacerlo.
Y sí, se disfrutó (y mucho), pero también se palpaba la sensación de que pudo ser mejor. Porque el público lo puso fácil para dejarse mimar un poco más, aunque fuera al final, como despedida. Anillos hinchables que pedían un “anillo pa cuando” que, desde luego, no fue para anoche por muchos gritos de “otra, otra, otra” que se escucharon y que terminaron con algo muy gallego: “se non tocades outra, volcamos o camión”.
Los únicos que volvieron a salir al escenario fueron los técnicos para recoger.
Saray Rodríguez Acevedo | @senparaxe