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Conocer las islas Cíes desde el mar: un día de pesca con el patrón mayor de Cangas

Pescaturismo ha creado una escapada única en la ría, ofreciendo a los turistas la posibilidad de acompañar a una embarcación de pesca de bajura en una jornada de faena en el mar
Pesca a bordo del Nuevo Dos Victorias
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Pesca a bordo del Nuevo Dos Victorias
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Javier Costa es el patrón mayor de la cofradía de Cangas y se dedica a la pesca con palangrillo, un arte tradicional que en Galicia se utiliza para la merluza, el besugo, el congrio o la lubina. Lo especial del Nuevo Dos Victorias, el barco de Javier, es que a bordo lleva a cuatro tripulantes muy poco frecuentes en estas embarcaciones: son turistas que quieren conocer la ría de Vigo desde dentro.

A las seis y cuarto de la mañana, en el puerto de Cangas, empieza la jornada de estos inusuales marineros, que acompañan a Javier en su rutina diaria. A bordo del barco, Bea, la mujer de Javier, y David, su hijo, son su familia y sus empleados al mismo tiempo. "Es raro ver a tres familiares en una misma embarcación, en Cangas somos los únicos", cuenta Javier, aunque aclara que en su genética está impregnada la salitre, pues él aprendió a pescar en el barco de su padre junto a sus tres hermanos.

El amanecer se ve desde el barco, en el camino hacia las islas Cíes, donde el Nuevo Dos Victorias ha lanzado sus artes de pesca. Durante la ruta, Javier va introduciendo a los nuevos grumetes en el palangrillo, sus métodos y su sabiduría, adquirida tras toda una vida en la ría. Una vez fondeados en la playa de Rodas, en la popa de la embarcación esperan el café recién hecho, las tostadas todavía calientes y un delicioso bizcocho de naranja que Bea ha preparado para dar la bienvenida a los turistas. Ahora sí, la jornada puede empezar.

De mayor quiero ser marinero

En la familia de Javier no se conoce ningún oficio que no tenga que ver con el mar, aunque de sus hermanos ninguno se ha dedicado a la pesca. Él aprendió a pescar a los doce años, en el barco de su padre, que utilizaba el trasmallo en Rande. Desde aquel momento, hace ya más de cuatro décadas, el patrón no ha dejado de salir casi cada día a faenar en la ría: las Cíes son su despacho.

Es en las islas, concretamente en la parte posterior de San Martiño (isla sur), donde han lanzado antes del amanecer su palangrillo. "Tiene que echarse al mar dos horas antes de que raye el sol, completamente a oscuras, y se recoge una hora después del amanecer", explica. El palangrillo consta de un cordel de nylon en el que van enganchados varios segmentos (brazoladas), que acaban en un anzuelo cebado con calamar. El Nuevo Dos Victorias, además, ha instalado un moderno sistema en el que una bovina automática va recogiendo la tanza lentamente para subir el pescado al barco.

Como engranajes perfectamente sincronizados, la familia recoge todo su sedal en una tarea mecánica. Javier explica a los turistas lo que está ocurriendo mientras va manejando el barco y vigila que el arte suba correctamente. David es el siguiente eslabón de la cadena, encargándose de desenganchar las brazoladas y devolviendo al mar los peces pequeños, las estrellas de mar y todo lo que no quieran llevarse a tierra. "Alguna vez cogemos bogavantes o rayas a punto de desovar, pero siempre los devolvemos al mar: prefiero tener millones de bogavantitos antes que llevarme una mamá llena de crías a la lonja, para mí lo más importante es cuidar y respetar el mar", explica Javier.

Bea, en la popa, coge los anzuelos que David desengancha del palangrillo y los coloca ordenadamente para que se reutilicen en la siguiente faena. En caso de que haya algún pescado enganchado, se haya enredado o el anzuelo se haya estropeado de algún modo, los guarda para volver a montar las brazoladas al llegar a tierra. Ella es de las pocas mujeres que se embarcan en pesca de bajura, aunque asegura que en Galicia no es algo tan raro como cabría esperar. "En Andalucía, por ejemplo, ellas no pueden dedicarse a esto porque es tradicionalmente un oficio masculino; nosotras sí salimos, muchas con nuestros maridos, pero también las hay que se dedican al marisqueo a flote".

A excepción de su hija pequeña, toda la familia trabaja en bajura, aunque David tiene otros planes para su futuro. "Me gustaría dedicarme al mar, porque me encanta esto, pero no a la pesca", dice, y explica que esa es la razón por la que comenzó a estudiar Naútica en la Universidad de A Coruña. "Llevo desde los catorce años faenando cada verano con mi padre, incluso he estado cinco años dedicándome exclusivamente a la pesca, pero es una vida muy dura y en un futuro no me veo saliendo cada día". El deseo de tener una familia, dice, es lo que más le ha influido a la hora de tomar la decisión, "porque no quiero que el día de mañana mis hijos estén tres meses sin verme".

Otra forma de ver el paraíso

Carlos, Fernando y Esteban son los intrépidos grumetes que han decidido subirse al Nuevo Dos Victorias. Aficionados a la pesca, a las Cíes y a la paradisíaca ría de Vigo, no les hizo falta más que escuchar que Pescaturismo había creado este programa para enrolarse. "No pescamos, pero nos encanta el mar y siempre hemos sido muy curiosos", explica Carlos. Esteban asegura que le gustaría traer a sus hijos pequeños, "para que conozcan de dónde sale el pescado tan rico que comemos en casa".

Lo cierto es que el plan promete: desayuno en Rodas, paseo por las Cíes desde el mar y vuelta a casa entre las bateas. Lo que no se sabe al embarcar es que Javier es un excelente profesor, no solo de pesca y artes tradicionales, sino de historias sobre las islas. En cada playa, cada cueva y cada roca, el patrón tiene una leyenda o una anécdota que contar, amenizando el viaje y ofreciendo unas islas que pocos privilegiados han podido ver.

Mientras explica cómo los romanos construyeron molinos en San Martiño y cómo los piratas perdieron sus tesoros en Monteagudo, van subiendo al barco sargos, congrios y alguna faneca. Las lubinas se resisten en una jornada de aguas calmas, pues los marineros explican que "a ellas les gustan un poco más revueltitas para venir a comer".

Sea como fuere, Carlos, Esteban y Fernando atracan felices al llegar a Cangas y con una sola idea en mente: comprar el pescado que acaban de desembarcar en la lonja de la cofradía de pescadores. "Ese sargo tiene que venirse al horno con nosotros", bromean. Javier, por su parte, amarra el Nuevo Dos Victorias tras una larga jornada de trabajo con un único objetivo: prepararle a su madre unos deliciosos fideos con el congrio que acaban de traer de la isla del Faro.

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