La Cámara de Pontevedra pide ambición para que España pueda acoger una fábrica de baterías
VIGO, 4 May. (EUROPA PRESS) -
El presidente de la Cámara de Comercio de Pontevedra, Vigo y Vilagarcía de Arousa, José García Costas, ha pedido este martes "diálogo y ambición" para que España pueda acoger una de las gigafactorías de baterías del grupo automovilístico Stellantis, "que apuntalaría también el futuro de las plantas españolas, entre ellas la de Vigo".
Así lo ha señalado durante una reunión mantenida junto con el director de la factoría de Balaídos, Ignacio Bueno, en la que también ha estado presente el vicepresidente primero del ente cameral, José Manuel Fernández Alvariño.
Los responsables de la Cámara han trasladado a Bueno su "máximo apoyo" a la demanda de la conexión a la red eléctrica de muy alta tensión para que se repare el "grave error" de la exclusión del enganche del polígono vigués a dicha red. "Una fábrica líder en Europa no puede estar sufriendo microcortes en el suministro que afectan día sí y día también a la producción", ha lamentado García Costas.
Durante el encuentro, se han abordado también otros temas como las "limitaciones" del proyecto estratégico para la recuperación y transformación económica (Perte) del vehículo eléctrico para que la inversión que supondría una nueva plataforma industrial de vehículos eléctricos para la fábrica de Vigo pueda optar a fondos europeos.
Frente común
La Cámara de Comercio ha informado a Bueno de la ronda de contactos que está llevando a cabo a nivel estatal para lograr un "frente común" de apoyo a estas demandas que blinde el futuro "de una empresa tractora de la economía gallega".
"El Gobierno debe luchar por atraer inversiones que estamos viendo que se escapan a los países vecinos, a nuestros directos competidores, que ven así garantizada la viabilidad de sus plantas en la transición al coche eléctrico", ha indicado Fernández Alvariño.
Por su parte, García Costas ha subrayado que las inversiones estratégicas en Europa van a estar centradas en las baterías y en los microchips, por lo que España "no puede quedarse al margen".
