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Sequía en Galicia: "Las borrascas han venido bien, pero necesitamos lluvia todo el otoño"

La directora de Augas de Galicia, Teresa Gutiérrez, insiste en que "Galicia necesita recuperar su clima lluvioso" para poder desactivar la alerta por escasez
Embalse de Bora en el río Lérez, en Pontevedra.
Embalse de Bora en el río Lérez, en Pontevedra.
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Galicia por fin ve el final de su sequía prolongada algo más cerca, aunque todavía no se ha podido desactivar la alerta. Tras un par de semanas de lluvias constantes, los embalses empiezan a recuperarse y los problemas de abastecimiento parecen estar quedándose en el pasado. No obstante, la situación sigue siendo alarmante y los expertos invitan a continuar siendo responsables.

Teresa Gutiérrez, directora de Augas de Galicia, organismo gestor de la cuenca hidrográfica de Galicia-Costa dependiente de la Xunta, sigue advirtiendo que la situación es límite y que "una sequía generada en un déficit de un año hidrológico no se resuelve en quince días de lluvias". La experta insiste en que la situación que ha vivido la cuenca gallega este 2022 no se debe minimizar y debemos ser conscientes de la gravedad de la sequía, "que irá a más cada año".

No obstante, reconoce que las últimas borrascas "han venido muy bien, pero necesitamos que todo el otoño y el invierno haya lluvias normales" para que los sistemas hidrológicos se recuperen. "Necesitamos borrascas más o menos unas detrás de otras: tiene que volver el clima normal de Galicia", insiste. Estas últimas semanas han supuesto "un respiro" para toda la cuenca, pero la situación sigue siendo límite y vuelve a apelar a la responsabilidad personal y administrativa.

Sequía y escasez

La directora de Augas de Galicia explica que actualmente no se contempla la posibilidad de desactivar la prealerta por sequía prolongada, decretada el pasado mes de febrero. "Debemos distinguir entre la sequía prolongada, que atañe a la cantidad de agua disponible, y escasez, que se refiere a los problemas de abastecimiento que puede tener un sistema y eso depende de muchos otros factores", explica.

En el caso de esta última, son los Concellos los que marcan la alerta, basándose en sus propios criterios con asesoramiento del organismo gestor. "Ahora mismo se ha recogido mucha más agua en el sur que en el norte", dice, pero embalses como Cecebre o Eume no han tenido tantos problemas de abastecimiento porque con el recurso del que disponían podían llegar a toda la población dependiente de ellos. "Vemos más cerca la desactivación de la alerta con el repunte del agua embalsada, pero seguimos hablando de escasez; la sequía prolongada probablemente tarde más en recuperarse", insiste Gutiérrez.

Los sistemas dependientes de agua corriente, como es el caso del Lérez en Pontevedra o el Tambre en Santiago, también han notado un importante repunte en sus caudales, lo que hace que los municipios que se abastecen de los ríos empiecen a eliminar sus restricciones. "Pontevedra ha decidido suprimirlas porque, según sus criterios, el Lérez está en una situación bastante estable y les corresponde a ellos decidir en función de su plan de acción contra la sequía", que comprende medidas que apelan a la responsabilidad y a un uso consciente del agua potable.

También se han encontrado con el caso contrario, advierte Teresa Gutiérrez, ejemplificado en el Concello de Baiona. "El embalse de Baiona lo gestiona la Xunta y hemos estado todo el verano pidiendo medidas, que se han tomado el 14 de octubre", lamenta: "es un tema de responsabilidad municipal y es un ejemplo de gestión imprudente que podría haber tenido como consecuencia el quedarse sin agua para abastecer a la población". Advierte que se les informó, "basándonos en estimaciones del agua disponible en la presa", de que quedaba un mes de abastecimiento cuando decidieron tomar medidas.

Gutiérrez compara Baiona con otros municipios turísticos como Sanxenxo, Poio o Marín, "que sí tomaron medidas en primavera y a principios de verano, como pedimos que se hiciera para evitar llegar a situaciones límite". Reconoce, no obstante, que Baiona "ha tenido suerte" y ha podido recuperar los valores del embalse gracias a estas últimas lluvias: "ha sido una gestión, sin duda, irresponsable".

El futuro próximo: ¿un diciembre sin sequía?

Augas de Galicia se reunirá, en un principio, el 4 o el 7 de noviembre, con el fin de tomar decisiones sobre la situación en la que se encuentra la cuenca hidrográfica de Galicia-Costa. "Nos toca evaluar la situación los primeros días del mes de noviembre y tendremos que ver qué medidas tomamos o si se desactiva la prealerta por escasez, que no por sequía", reitera Gutiérrez.

Según explica, se evaluarán indicadores que muestren si los sistemas que gestiona el organismo han mejorado notablemente: "si la mejoría es notable desactivaremos la prealerta, si los indicadores nos dicen que ha sido un pico y volverá a descender seguiremos como hasta ahora". No obstante, la directora de Augas de Galicia reconoce que el tren de borrascas que ya hemos vivido y que se espera para las próximas semanas "indica que probablemente puedan salir de la escasez los sistemas de Eiras, Baiona o Zamáns, por ejemplo", algunos de los que más preocupaban.

"Veo más difícil el cambio de estado en la sequía prolongada", situación que se decretó en febrero y que, insiste, "no se recupera con quince días de lluvia". Insiste en que todavía deben calcularse todos los indicadores, pero que "si esta desactivación no se produce en noviembre y seguimos con estas borrascas, lo veremos en diciembre".

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