De tetas, mujeres y música
Mucho se está hablando de mujeres últimamente en el mundo de la música: de su presencia, su música y por supuesto, de sus cuerpos.
Eva Amaral dijo hace poco en una entrevista que el día que canto "Revolución" en el Festival Sonorama no ganó ningún derecho y es cierto, no lo ganó, pero lo visibilizó.
Las mujeres estamos ganando paso a paso nuestro espacio en la industria de la música, y como en otros muchos sectores, lo estamos consiguiendo poco a poco y con pequeños "actos". El de Eva del pasado mes de agosto, fue uno de ellos. Demostró que todavía no pasa desapercibida como una puesta en escena más el hecho de que una artista enseñe su cuerpo, como sí que lo hacen sus compañeros de profesión.
Hace 15 años empecé a asistir a las Asambleas de la APM (Asociación de Promotores Musicales) que se celebra para los empresarios/promotores de toda España y creo recordar que éramos 4 mujeres empresarias entre cerca de 30 hombres. Hoy en 2023, somos 11 las mujeres que estamos al frente del total de 88 empresas que forman la APM.
El sector está cambiando si, pero no todo lo rápido que nos gustaría y sobre todo, no de la manera en la que nos gustaría. Cuando empecé en esto, los negocios se cerraban en bares por la noche y en comidas eternas con sobremesas "aderezadas"; ahora esto ocurre cada vez menos. Muchas de nosotras preferimos reunirnos en despachos, negociar de una manera clara y por escrito para al terminar de trabajar después de una noche de concierto, volver a casa con nuestras familias.
Nuestra visión del negocio, del trabajo, es diferente y creo que esto hace que un sector evolucione y mejore porque se enriquece con más perspectivas.
Por mi parte claro que he vivido situaciones machistas que me han noqueado: que si con una mujer no se habla de dinero, que si quiero hablar con tu jefe, que si menos mal que estás para hacer "bonita" la foto…Muchas, demasiadas. A veces nuestros compañeros del sector no entienden que nos escandalicemos y les quitan importancia a estos comentarios diciendo que son bromas sin importancia. Les cuesta entender todo lo que hemos aguantado hasta llegar donde estamos, porque la palabra es esa: AGUANTAR. La diferencia es que hasta hace poco aguantábamos en silencio, solas y ahora aguantamos mostrando lo que nos pasa y compartiéndolo.
Seguiremos aguantando, pero ahora nos sostenemos entre todxs y no lo queremos hacer a cualquier precio. Esa es nuestra revolución.