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El comedor social de las Misioneras del Silencio de Vigo, al borde del cierre

Han puesto en marcha una campaña de captación de donativos a través de "socios solidarios" para poder seguir ayudando a los más necesitados
Instalaciones de la Misión del Silencio, en la calle Urzaiz.
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Instalaciones de la Misión del Silencio, en la calle Urzaiz.
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Las puertas de la Misión del Silencio, en Urzaiz 39, casa refugio y comedor social y Vigués Distinguido en 2021, llevan casi 50 años abiertas para los más necesitados. Con apenas cuatro personas integrando su plantilla y la ayuda de voluntarios y voluntarias, cada día en su cocina se elaboran los menús que sirven en dos turnos de lunes a sábado.

Al frente, la hermana Guadalupe Egido Pérez, quien recuerda que "nuestra filosofía sigue intacta desde el origen de la Misión del Silencio: ayudar a las personas, tratándolas como tales incluso en los momentos más vulnerables de su existencia". Por ello siempre se ha trabajado desde la perspectiva de "facilitar una comida sana y saludable, equilibrada y en un ambiente en el que se sientan cómodas".

Durante el pasado año se sirvieron un total de 150 comidas diarias caseras que en el contexto de la pandemia se preparaban para llevar mientras que el comedor permaneció cerrado como consecuencia de las restricciones sanitarias impuestas. "Un momento crítico en el que tuvimos claro que no podíamos dejar de prestar nuestra ayuda y en el que aumentó la demanda porque el covid zarandeó económicamente a muchas familias".

Actualmente se sirven de nuevo en las instalaciones atendiendo un promedio diario de casi 100 personas en lo que llevamos de año, que acceden al comedor en dos turnos para comer y a las que se entrega un bocadillo para llevar. Además, se atienden cerca de una veintena de familias, que se llevan la comida a casa "porque queremos garantizar la máxima normalidad, sobre todo si hay niños de por medio".

Abocadas al cierre en 4 meses por falta de ayuda económica

La responsable de la Misión del Silencio asegura que a lo largo de los años la solidaridad de empresas y de la ciudadanía a la hora de aportar comida "ha sido y es fantástica" pero añade que las necesidades cada vez son mayores y los ingresos menores. "Debemos atender gastos como la luz, el teléfono, la seguridad social y pagar las nóminas y la situación comienza a ser insostenible -señala con tristeza- porque de seguir así, si no recibimos ayuda económica, En cuatro meses nos veríamos obligadas a cerrar nuestras puertas tras más de 45 años de vida y servicio en Vigo".

Apela a la solidaridad de la ciudadanía y anuncia la puesta en marcha de una captación de donativos a nombre de la entidad que dirige. "Cualquier cantidad, grande o pequeña será bienvenida y solo espero que se siga demostrando la solidaridad y generosidad que siempre ha caracterizado a los vigueses".

Los interesados en convertirse en "socios solidarios" de la Misión del Silencio podrán entregar su aportación económica en la cuenta bancaria de la entidad ABANCA: ES24 2080 5100 1330 0003 0632.

Otras acciones

Sobre la mesa se estudian otras opciones para recaudar fondos que garanticen la supervivencia del comedor de la Misión del Silencio, "sin descartar nada que pueda servir para este fin", como puede ser la organización de algún evento o carrera solidaria, o solicitar mayor colaboración por parte de las administraciones.

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