El pasado mes de julio el Ayuntamiento de Pontevedra, gobernado por el BNG desde 1999, se declaró oficialmente antitaurino a propuesta del partido Marea Pontevedra, que recogía la solicitud de la plataforma Galicia, Mellor sen Touradas. Tanto BNG como PSOE votaron a favor, en contra el PP y la concejal de Ciudadanos ese día no pudo asistir al pleno.

El objetivo del Ayuntamiento de la última ciudad gallega que organiza corridas de toros era declarar Pontevedra contraria a la tortura y al maltrato animal e “instar a la Xunta de Galicia a realizar las modificaciones legislativas oportunas para vetar la realización de eventos tauromáquicos en Galicia”, según informó Diario de Pontevedra.

Además de retorcer el lenguaje –las corridas de toros no son ninguna forma de tortura– la declaración es artificial: en Pontevedra la afición a los toros está viva, “organizada a través de más de 50 peñas que cuentan con un millar de socios censados”, explica a este diario Juan Riveiro, presidente de la coordinadora de peñas “donde conviven 48 asociaciones, casi todas las que existen en Pontevedra”.

1000 peñistas sin subvenciones

Dese el Ayuntamiento confirman que no hay ninguna ayuda por su parte a las peñas. “No”, aclaran tajantemente a este diario desde la concejalía de Cultura de la ciudad. “Primero, no sé si se solicita alguna subvención para actividades. Tenemos una línea de subvenciones culturales que no se rigen por criterios políticos. Son de libre concurrencia”, explican. “No nos consta que lo hayan pedido. En Cultura y fiesta ayudamos en la medida de lo que podemos a cualquiera que lo solicita”, indican.

“Puede ser que no se haya pedido ninguna ayuda, pero ¿cómo lo vamos a hacer si se han declarado antitaurinos?”, dice Riveiro. La función de la coordinadora es “hacer un censo de los peñistas, organizar viajes, actividades, presentaciones, charlas o coloquios. Una vez al año comemos todos en la plaza de toros”.

La plaza de toros de Pontevedra se construyó en 1892. Tras la última reforma, se colocó una cubierta. Tiene un aforo de 7600 localidades, ocupadas en parte por las peñas. ¿De dónde os viene la afición? “Esa es la pregunta del millón. Hombre, la plaza estaba construida... No tenemos cuna, ni ganadería. Nuestros padres no iban a los toros, no hay tradición familiar. Los aficionados se han hecho. El peñista aquí no nace, se hace”.

"Los Lozano están encima de nosotros"

La primera peña va a cumplir este año cuatro décadas. “La casa Lozano [los empresarios] ha puesto mucho de su parte en la creación de las peñas. Hacen descuentos, están encima de nosotros”, señala la gestión tan diferente a la que recibió en su momento la plaza de Barcelona o la de Mallorca, por hablar de dos ciudades que perdieron o están a punto de perder los toros, ambas explotadas por Matilla, principal agente del monopolio que maneja el sector y considerado por Manuel Molés, y parte de la prensa especializada, "muy inteligente y trabajador".“Nosotros somos una afición muy fiel porque simplemente nos gusta”, dice Riveiro con naturalidad, ajeno a cualquier polémica.

De vuelta a las subvenciones señala que se autofinancian. “Con las cuotas de los socios nos vale. Lo otro sería lo normal. El Ayuntamiento es antitaurino y de manera indirecta hace daño. Antes había un ambientazo al salir de los toros con música y barras en la calle y lo han ido quitando”.

El primer día de esta feria “casi se llenó la plaza”, al reclamo de Roca Rey. Este domingo torean Morante y Talavante, uno de los toreros apartados del sistema, junto con Cayetano. “El Ayuntamiento y la Diputación han rechazado sus entradas”.

El siguiente objetivo: "atraer a los jóvenes"

El objetivo, “después de 30 años yendo a los toros”, es recuperar a la generación perdida en el camino. “Nos hemos olvidado de buscar una continuidad", dice Riveiro. "Hay que crear un vivero de afición, centrándonos en los jóvenes desde los 18 a los 30 años".

"Se va a intentar con una grada joven", uno de los objetivos de la empresa, "con precios muy asequibles". Con ellos también colabora la Fundación Toro de Lidia, que ha desembracado hace poco en Pontevedra, creando una delegación bautizada como "capítulo", con la intención de "acercar la tauromaquia a la universitarios".

El capítulo está dirigido por otro peñista, José Vicente Martín. “Hay 14 personas en su junta directiva y cada vez se van haciendo más socios. Algunos me han enseñado por la calle su carnet de socios de la FTL. Los resultados reales los veremos en tres o cuatro meses”.

El nacimiento del capítulo forma parte del plan de la Fundación de crear una red de socios más amplia, pivotando en las capitales de provincia. “El objetivo es estar vigilantes con nuestra feria y la cultura taurina. Nos refuerzan, siempre es bueno ir de la mano y solucionar las cosas que surjan y responder a los ataques”. Riveiro recuerda que se pusieron en contacto con él “a través de Luisma Lozano”. “Nos dijeron que nos querían apoyar y estar dentro de Pontevedra. Nosotros estamos encantados”.

Al acto de presentación acudieron el periodista Chapu Apaolaza, Victorino Martín, el matador de toros César Rincón y el director de la entidad, Borja Cardelús. “Fue bueno ver a gente importante en Pontevedra. Los aficionados llenaron el acto. Es un intercambio de apoyos”, algo importante en un contexto difícil. “Nos sentimos presionados por el nacionalismo y los antis. Somos el último reducto de esta comunidad autónoma”.