Pasaban unos minutos de las ocho de la tarde. Los aplausos en el barrio de Sanchinarro empezaban a menguar y los vecinos se iban metiendo en sus casas. En ese momento, un hombre encapuchado y armado con una pistola entra en la farmacia de la calle Oña. "Luego entró un segundo. Iban los dos con pasamontañas, solo se les veía la zona de los ojos", relata a EL ESPAÑOL el farmacéutico atracado, que prefiere permanecer anónimo.  

Los dos individuos pidieron a gritos el dinero, se colaron en la mostrador, abrieron las dos cajas registradoras y sustrajeron la recaudación. Pero como les pareció poco accedieron a la rebotica y cogieron un sobre con algo de dinero.

Además, le pidieron insistentemente al empleado que les diera la caja fuerte pero como no tienen, les entregó un pequeño depósito metálico cerrado con fármacos en su interior. "Eran unas ampollas de morfina que tenemos que tener por ley". Los ladrones intentaron abrirlo sin éxito. "Entonces me metieron en el baño y me dijeron que contara hasta 30. Así lo hice".

Para cuando el empleado salió del baño los atracadores se habían ido. Se llevaron cerca de 600 euros y la caja con morfina, pensando que dentro habría dinero. "Casi todos los pagos se efectúan con tarjeta, entonces hay poco efectivo", relata. Los hechos sucedieron el pasado miércoles. 

La dueña de la tienda, situada en la calle Oña, tiene constancia de que dos días después fue asaltada otra farmacia en la calle Ramonet, en el barrio de Pinar del Rey, y de que hay "bandas especializadas" en robar en farmacias, ya que son de los pocos establecimientos abiertos durante el estado de alarma. Los cacos aprovechan los aplausos solidarios o la hora de cierre para ello.

Precisamente este martes, la Policía Nacional ha informado de la detención de dos hombres cuando estaban atracando una farmacia en el madrileño barrio de Carabanchel, que además son los responsables de otros ocho asaltos similares cometidos en la capital.

A lo largo de esta mañana se han sucedido las visitas de la Policía a esta farmacia para tomar declaración sobre el atuendo de los atracadores detenidos. "Iban completamente de negro". Es lo único que puede aportar este farmacéutico al que todavía le dura el susto.