Un hombre de 75 años ha muerto en Santiago de Compostela tras tomar un dulce en mitad de la noche. El vecino residía en la calle Touro, en el centro de la ciudad. Los hechos se produjeron en la madrugada del domingo al lunes como consecuencia de un atragantamiento tras comer un bollo. El fatal incidente se produjo entre las tres y las cuatro. Cuando se percataron de lo que estaba sucediendo, sus familiares llamaron de inmediato a los Servicios de Emergencias. Hasta el domicilio acudió una ambulancia del 061 junto a un equipo médico. 

Allí le practicaron diversas maniobras de reanimación cardio-pulmonar, pero no pudieron hacer nada por salvar su vida. El hombre tenía 75 años y, tal y como publica La Voz de Galicia, según explicaron varios vecinos, no se encontraba en su mejor momento de salud. Hasta el edificio de la calle Touro se desplazó una patrulla de la Policía Local. El suceso ha conmocionado a todo el barrio, donde el hombre era muy conocido. 

A finales de noviembre, en la localidad burgalesa de Villarmero, un bebé de un año murió tras atragantarse con un cubito de hielo de plástico. Al menor le habían colocado los hielos para enfriar una zona en la que se acababa de dar un golpe. Se le quedó en la garganta, lo que le impedía respirar. Los padres del niño trataron sin éxito de sacar el hielo de la garganta del niño y pidieron ayuda al alcalde de la localidad, Juan Tomás Santiago, quien realizó un masaje cardíaco al menor hasta que llegaron al lugar los servicios de emergencia.

El personal sanitario desplazado hasta el lugar junto a una ambulancia de soporte vital básico y una UVI móvil logró extraer la pieza de plástico de la garganta del niño y trasladarlo en esta última hasta el Hospital Universitario de Burgos (HUBU). A principios de octubre, una menor de 15 años falleció en Jaén tras atragantarse con el bocadillo que estaba comiendo durante el recreo. 

El atragantamiento es la tercera causa de muerte no natural en España. En 2017, más de 2.000 personas perdieron la vida debido a que un trozo de comida u otro objeto no les permitieron respirar. Nadie logró ayudarles a expulsarlos. Solo se sitúan por encima el número suicidios (3.679) y el de muertes por caídas accidentales (3.057). La mayoría de quienes murieron atragantados tenían más de 65 años (2.112).

Noticias relacionadas