Una anciana ha salvado la vida de su nieta de 18 meses en Archena (Murcia). La mujer siguió las indicaciones de la enfermera del 112 que se encontraba al otro lado del teléfono. Según han relatado fuentes del Servicio de Emergencias, la menor sufrió un atragantamiento. Pero a pesar de realizar las maniobras necesarias para revertir la situación, el bebé entró en parada cardiorrespiratoria y hubo que practicarle una reanimación cardiopulmonar

Rápidamente, la unidad medicalizada del 061 se presentó en la vivienda de Archena y se hizo cargo de la situación. La niña ha evolucionado favorablemente "gracias a la colaboración de su abuela, que ha sido de gran ayuda. Sin ella no hubiera sido posible", explicó la enfermera. "La abuela ha respondido a todas las preguntas que se le han hecho y ha seguido el pie de la letra las indicaciones que le daban hasta la llegada de una Unidad Móvil de Emergencias", han añadido desde el centro de emergencias murciano.

La cara más amarga del 112 se ha visto tras el fallecimiento de Aitor, un joven madrileño. Su madre llamó al SUMA después de que este se desvaneciera en su casa de Navalcarnero. Al otro lado del teléfono le atendió un médico que insistió en que Aitor se pusiera al otro lado y respondiera a sus preguntas. Carmen -la madre- insistía en que su hijo se estaba poniendo azul y no podía respirar, tan solo balbucear. El joven fue trasladado al Hospital después de 23 minutos de llamada e ingresó en muerte cerebral. Murió a los tres días.

Los padres de Aitor no saben si el joven hubiera sobrevivido después del trombo pulmonar que sufrió, pero sí tienen claro que las cosas se podían haber hecho de otra manera. Por ello, exigen que la Comunidad de Madrid asuma su responsabilidad. La administración, que en un primer momento admitió que todo se había desarrollado de forma correcta, ha abierto una investigación para esclarecer si hubo negligencia.

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