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Cuando aterricé en Barajas para hacer el Máster de EL ESPAÑOL, procedente de Costa Rica, no esperaba escribir para la sección de Reportajes. Pensé que por ser extranjero sería difícil para mí conseguir fuentes, ir a sitios que desconozco y contar historias con las que no estoy familiarizado. Es el típico miedo a lo desconocido.

Diez meses después, puedo asegurar que no hay una sección mejor para hacer periodismo. En Reportajes y Porfolio he aprendido de mis compañeros, desde lo más complejo, que es encontrar a una fuente que está al otro lado de la península, hasta lo más sencillo, que es escribir la historia.

Tengo un jefe que me deja ir a los sitios cuando es necesario y una fila de compañeros dispuestos a echarme una mano. En términos futbolísticos, un buen director técnico para un gran equipo.

Me da gusto encontrarme cada día a mis profesores del Máster. Los conocí en los seis meses de campus. He comprobado que la mayoría son jefes de la redacción central del periódico. Algunos me preguntan: "¿Qué tal Reportajes?". A mí no me queda más que responder con total sinceridad: "Mejor, imposible".

Mientras estuve en el campus recibiendo la parte teórica, a la vez que practicaba, los profesores nos enseñaron todo lo que debíamos saber sobre el periodismo. Nos mostraron herramientas y técnicas para hacer podcasts, cómo usar una cámara, cómo encontrar a una fuente y cómo enfocar nuestros temas. Eso me ayudó a estar preparado para escribir reportajes en EL ESPAÑOL.

Hans durante sus prácticas en la redacción de EL ESPAÑOL. Laura Mateo

En esta sección estamos atentos a todo lo que pasa en el país. Desde un suceso en un pequeño pueblo de la España vaciada, pasando por los protagonistas de escándalos políticos, hasta un apagón de grandes proporciones como el del pasado 28 de abril. Recuerdo que ese día me enviaron a un hospital madrileño para contar cómo se estaba gestionando la crisis.

Hay varias historias que he escrito y que en lo personal he disfrutado de todo el proceso de hacerlas. Por mencionar algunas, las de funcionarios de la prisión Puerto III, la más peligrosa de España y que le reclaman al ministro Fernando Grande-Marlaska mejores recursos para hacer su trabajo; también la de los deportados por Donald Trump en Estados Unidos que han llegado a Madrid y otras ciudades españolas; además de una entrevista exclusiva con José Ignacio Bergoglio, el sobrino del Papa Francisco, cuando éste recién falleció.

Y podría mencionar más historias, pero este artículo se haría más extenso. Todas ellas fueron hechas después de las emocionantes reuniones de cada martes en las que todo el equipo de Reportajes propone sus temas y el jefe los aprueba o los tira a la basura.

No es oficial, pero en la sección es como si cada redactor tuviese un terreno asignado. Algunos escriben sobre educación, otros sobre defensa y crimen organizado, pero también hay quienes prefieren sucesos, consumo, sociedad, migración y mucho más. Mientras haya una historia, la vamos a contar.

Hasta antes de EL ESPAÑOL, yo tenía una experiencia diferente de lo que era esta profesión. Vengo de un país donde hacer periodismo puede llevarte a la cárcel, a la muerte, o en mi caso, al exilio. Tengo 26 años. Soy de Nicaragua, ubicado en América Central y gobernado por el dictador Daniel Ortega, un amigo cercano de otros de su calaña como Nicolás Maduro, los Castro, Vladimir Putin y Xi Jinping.

Hans detenido por la policía nicaragüense junto a otros de sus colegas durante una cobertura en 2019. Cedida.

Me gradué de la carrera de Comunicación en 2019. Trabajo para La Prensa, el principal diario crítico de la dictadura nicaragüense. Desde agosto de 2021 tuve que salir al exilio en Costa Rica. En octubre de 2024 llegué a España para hacer el Máster de EL ESPAÑOL y la Universidad Camilo José Cela, y desde marzo de este año estoy integrado en la redacción del periódico, en el periodo de prácticas.

Los alumnos de la próxima promoción tendrán la novedad de hacer un Máster con un laboratorio dedicado a la Inteligencia Artificial, una realidad en nuestro día a día y que debemos adaptar al periodismo. Que sepan aprovecharla porque es el presente de nuestra profesión.