Las claves
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España es un país "charcutero" por excelencia. Nuestra personalidad sería diferente si no tuviéramos los mejores embutidos del mundo. De media, cada español consume entre 10,3 y 11,5 kilos de embutidos y carnes procesadas al año.
Si lo multiplicamos por la población total, hablamos de un volumen inmenso: más de 500 millones de kilos al año solo en los hogares. Y, aunque pueda parecer descomunal, el consumo ha descendido ligeramente en volumen respecto a hace una década.
Sin embargo, el volumen ha subido en gasto porque la inflación ha provocado que el precio por kilo se dispare. Aun así, no todos los embutidos juegan en la misma liga. El consumo se organiza en tres reyes que concentran cerca del 70% de la demanda.
Los embutidos que más nos gustan
El jamón serrano es el ganador indiscutible. En cuanto a valor económico lidera con creces la clasificación. Cada español consume de media 1,35 kg al año. Es el embutido que mejor resiste las crisis porque se considera un estandarte de nuestra cultura.
Le sigue el jamón cocido o jamón de York con un consumo de 1,15 kg aproximadamente por persona y año. Es el favorito de los niños y nos encanta comerlo en bocadillos y cenas rápidas.
Y en la tercera posición tenemos al chorizo y al fuet casi empatados. El caso del fuet es especial. Desde principios de los 2000, ha pasado de ser un producto casi exclusivo de Cataluña a estar presente en todos los hogares españoles y ser uno de los más demandados.
Sin embargo, el fuet tiene una característica especial que lo diferencia del resto de embutidos. ¿Alguna vez te has preguntado qué es esa capa blanca que lo cubre completamente? La mayoría diríamos que es harina por su textura y color, pero nada más lejos de la realidad.
La verdad sobre la piel del fuet
Oriol Ribot, carnicero, se hizo viral en redes sociales por explicar qué es realmente esta capa. La realidad es que la parte blanca es un hongo conocido como Penicillium y también está presente en el salchichón y quesos como el azul, Brie o Camembert.
Su función es proteger al embutido durante el proceso de curación, es totalmente inofensiva y se puede comer sin problema. Además, explica Oriol, "contribuye de forma activa a los aromas propios del fuet y creo que es una parte muy importante del sabor de muchos embutidos."
Oriol dirige el histórico negocio de su familia en el Mercado Central de Tarragona. La carnicería 'Albert Ribot' abrió en 1903 y es un emblema de la carne catalana. Ahora, se da a conocer a toda España a través de Instagram y TikTok, donde acumula cerca de 20 mil seguidores.
Podríamos definir a Oriol como el profesor de la carne. En sus vídeos ayuda a sus seguidores a diferenciar los mejores cortes, a comprar productos de calidad y enseña curiosidades sobre embutidos y carne de distintos animales.
