Las claves
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Ser el dueño de una fábrica de refrescos con 98 años de historia y, además, ser la cuarta generación al frente de un negocio que tiene que competir con grandes multinacionales es un reto que no está al alcance de cualquiera. Quien lo afronta es Julián, responsable de Beguides Puig (Mallorca).
La salud de su empresa depende de la estación del año en la que nos encontremos, siendo verano el momento en el que más ventas acumula. De hecho, confirma que el "70% de las ventas las hacemos entre abril y agosto".
En una entrevista con el creador de contenido Adrián G. Martín, este empresario ha explicado que uno de los principales retos que tiene que afrontar es sacar a flote la fábrica en los meses de temperaturas bajas, donde los consumidores cambian los refrescos por té o por un chocolate caliente.
Ventas totales
Beguides Puig ha conseguido un ascenso meteórico en los últimos años, sorteando la subida de costes de las materias primas, de las cotizaciones sociales de los trabajadores y el impacto económico de la pandemia.
"Hemos pasado de las 74.000 unidades en el primer año a 610.000 el año pasado y tengo la expectativa de alcanzar 1 millón de botellas este año", revela Julián.
El negocio, aunque está muy arraigado en la isla mallorquina, tiene la intención de ir expandiéndose por el resto del archipiélago y de la península. De momento, ya ha empezado a generar beneficios en Barcelona, Ibiza, Menorca; islas donde vendieron 4.000 cajas el año pasado.
Una de las claves del éxito es que se ha adaptado a las evoluciones tecnológicas de este siglo y ha conseguido implementarlas en sus sistemas de producción. "La máquina de tapón rosca más antigua produce sólo 18 unidades por hora y el taponador automático alcanza las 3.000 o incluso las 4.000".
Negocio de refrescos
Ante la pregunta de cómo consigue competir con otras grandes empresas de proyección internacional, comenta que realmente no lucha contra ellos, ya que sus clientes son distintos y su capacidad es mucho menor. Sin embargo, afirma que su único secreto es "ofrecer un producto espectacular", ya que su marca es mucho menos conocida, sobre todo fuera de la isla.
Un trabajo que en temporada baja sólo lo realizan 9 personas, aunque a partir de primavera contrata más personas ya que la carga es mucho mayor. En conclusión, pocos trabajadores, mucha calidad y base tecnológica para luchar por ser una marca referente de producción de botellas.
