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Las claves

Con la llegada de la Navidad, miles de trabajadores comienzan a planificar sus vacaciones sin saber que una mala fijación de las fechas puede hacerles perder días de descanso.

En este contexto, Juan Manuel Lorente, abogado laboralista, lanza una advertencia clara: el inicio de las vacaciones no es una cuestión menor y está directamente relacionada con la jornada laboral de cada empleado.

"Las vacaciones no pueden empezar un viernes, y me da igual cómo se ponga tu empresa, tendrán que empezar un lunes o el primer día hábil de tu semana", afirma.

Evita perder tus días

El motivo, según explica Lorente, es sencillo y está relacionado con el cómputo legal de las vacaciones en España, que se fijan en 30 días naturales.

Cuando un trabajador con jornada de lunes a viernes inicia sus vacaciones un viernes, el sábado y el domingo ya se cuentan dentro de ese período.

Según el abogado, el perjuicio es evidente: "El sábado y el domingo ya se estarían contando dentro de esos 30, por lo que estarías perdiendo dos días".

Dos jornadas que, en la práctica, podrían haberse disfrutado como descanso real y efectivo. "Son tus dos días", subraya Lorente, recordando que el trabajador es quien sale perjudicado si no se respeta correctamente el inicio del periodo vacacional.

Por ello, en jornadas laborales de lunes a viernes, el inicio correcto debe situarse al comienzo de la semana. "Si tienes esta jornada, tus vacaciones deberían empezar el lunes para que el fin de semana no contara", aclara Lorente.

Esta lógica se aplica también a otros tipos de jornada. En el caso de quienes trabajan de martes a sábado, el abogado señala que "tus vacaciones no podrán empezar un sábado, tendrán que empezar el martes".

El motivo vuelve a ser el mismo: el primer día hábil de la semana es el que debe marcar el inicio del descanso.

"Es el primer día hábil de tu semana", resume Lorente, quien recalca que todo depende de cómo esté organizada la jornada laboral

En definitiva, el artículo 38 del Estatuto de los Trabajadores no solo garantiza que la duración mínima de las vacaciones sea de 30 días naturales, sino que también protege al trabajador frente a una fijación incorrecta de sus períodos de descanso.

Planificar adecuadamente el inicio de las vacaciones, respetando los días hábiles según la jornada de cada empleado, evita que se pierdan días de disfrute efectivo y asegura que se cumpla la finalidad real de las vacaciones: descansar.