Las claves
nuevo
Generado con IA
Emprender siempre es duro. Crear un negocio desde cero supone asumir muchos riesgos e invertir incontables horas de trabajo. En muchos casos, incluso distanciarse de seres queridos para conseguir el objetivo final.
Si pensamos en profesiones sacrificadas, la de panadero es una opción que destaca por encima de otras. Detrás de la barra de pan que consumimos diariamente hay muchas horas de trabajo de madrugada que nadie ve.
Sin embargo, Luis, dueño de una micropanadería, asegura que con 25 horas semanales se pueden facturar cerca de 5.000 €. Estos datos parecen desconcertantes de primeras, pero tienen un minucioso análisis detrás.
La revolución de los micronegocios
El negocio de Luis está montado en el garaje de su propio domicilio. Esto le permite abaratar costes ya que no paga ningún tipo de alquiler por el espacio. Dispone de 26 metros cuadrados útiles para trabajar y el local no está abierto al público.
Además, el pequeño obrador de Luis no tiene empleados. Es un proyecto que creó junto a su mujer Maite para que ella tuviera un trabajo digno y pudiera controlar su horario.
"La idea era que trabajara de lunes a jueves por la mañana únicamente. Y que las tardes, viernes, sábado y domingo fuesen para la familia", explica Luis en su canal de Youtube @Spigadivulga.
La micropanadería utiliza hornos semiprofesionales que no requieren salida de humos y, por lo tanto, no se considera industria. "El resultado es menos inversión, menos papeleo y más libertad", confiesa Luis en sus redes sociales.
Luis, dueño de una micropanadería
Su negocio, Spiga Micropanadería, solo trabaja bajo demanda. De esta manera, consiguen no desperdiciar pan y evitar mermas. "Cada hogaza está vendida antes de salir del horno", afirma Luis orgulloso.
Si atendemos a los datos, este tipo de negocio está creciendo en España desde 2023 por un cambio en el modelo productivo. En torno a 600 panaderías tradicionales cierran cada año por no poder competir con los precios de los grandes supermercados.
En contraposición, abren las micropanaderías como la de Luis. Los consumidores valoran la calidad. Ya hay un público dispuesto a pagar cinco euros por una hogaza de masa madre que dura varios días, en lugar de comprar dos barras de 0,60 € que se ponen duras a la noche.
"Por primera vez puedes vivir del pan sin arruinarte y, sobre todo, teniendo vida", explica el panadero. Esto último se debe a que se prioriza la conciliación familiar. No trabajan de madrugada, hornean de día y venden a media mañana o por la tarde.
Respecto al gasto energético, la luz le supone entre 40 y 50 euros al mes porque tiene 20 placas solares. "Si el negocio lo lleva una sola persona nuestra facturación media de 12 meses, ronda los cuatro o cinco mil euros trabajando 25 horas semanales", asegura Luis.
Ahora, Luis ha creado una nueva rama de su negocio destinada a la formación. Su nombre es Spiga Divulga y consiste en un curso on-line que enseña todo lo necesario para montar desde cero una panadería artesanal o micropanadería.
