Las claves
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El precio de la vivienda continúa con su particular suma y sigue. Así queda recogido en diferentes estadísticas tanto oficiales como de portales inmobiliarios. Un hecho que desata dos preguntas: ¿Hay burbuja inmobiliaria? ¿Hasta cuándo durará la subida?
Empezando por esta última pregunta, Gonzalo Bernardos señala que la actual coyuntura “durará bastantes años”. ¿Y por qué?
El profesor de Economía en la Universidad de Barcelona y advisor de Trioteca apunta a que “en los próximos ejercicios vamos a asistir a untraslado masivo de los jóvenes, menores de 40 años, desde el mercado de alquiler al de compra”.
Porque, a su entender, “nadie que piense a medio y largo plazo, que pueda conseguir una hipoteca y sea sensato, preferirá la primera opción a la segunda si aquella es mensualmente más onerosa que esta”.
Y, sobre la primera pregunta, sobre si estamos en una nueva burbuja inmobiliaria, niega la mayor. Desde su punto de vista, lo que estamos viviendo es “un boom inmobiliario”.
“Confusión conceptual”
El economista no se corta y afirma que el término burbuja inmobiliaria “ha salido del baúl de los recuerdos”, formando parte de análisis, medios de comunicación y discursos políticos.
Por eso, cree que su utilización responde a “una confusión conceptual”, ya que es erróneo emplearlo como “sinónimo de precios elevados o fuertes incrementos en un periodo concreto”.
Llegados a este punto, recuerda que subidas de precio intensas como las actuales pueden venir ocasionadas por diferentes factores. Por ejemplo, “un gran aumento de la demanda, una escasa oferta o una combinación de ambos factores”.
Sin embargo, nada de ello constituye por sí solo una burbuja. Un fenómeno que siempre tiene dos fases: “creación y destrucción”.
De hecho, incluso en ciclos con grandes repuntes de precios, como entre 1986 y 1991, cuando el importe de la vivienda creció un 234,1% en términos nominales, no necesariamente existió una burbuja
Porque, como resalta Bernardos, “nada explotó”, tal y como muestran los datos posteriores. Algo que sí sucedió en el periodo 1998-2013, cuando la banca “fue muy generosa con los hogares”.
Entonces, se llegaron a conceder más hipotecas que viviendas se vendían. Un escenario que desembocó en la crisis tras “vivir por encima de sus posibilidades” en 2007, con un déficit exterior del 9,6% del PIB.
Volviendo al presente, Gonzalo Bernardos descarta rotundamente la existencia de una nueva burbuja, al señalar que la coyuntura actual es “muy diferente” a la de 2007. Porque, hoy, el incremento de precios viene dado exclusivamente por una escasa oferta frente a la creciente demanda.
