Las claves
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Vivir cerca de Madrid se ha convertido en un lujo para muchos, ya que el constante encarecimiento del alquiler empuja cada vez a más personas a alejarse de la capital.
Donato es uno de esos casos que ilustran una realidad que afecta no solo a los jóvenes, sino también a quienes han superado la treintena.
Su situación se narra en un vídeo del canal de YouTube Súper Geografía, que recopila tres historias sobre el acceso a la vivienda y muestra cómo este problema afecta a personas de diferentes perfiles.
El reto del alquiler
Antes de mostrar su casa, Donato se presenta de manera natural: "Soy Donato, tengo 36 tacos y ahora vivo en la montaña". Reside en Robledo de Chavela, un municipio de la Comunidad de Madrid situado en pleno corazón de la sierra.
"Estamos a unos 50 minutos en coche del centro de Madrid", explica Donato, quien lo resume con ironía: "Estamos más cerca de Ávila que de Madrid, imagínate".
La vivienda que ocupa es un piso bajo con patio. Nada más comenzar el recorrido, Donato bromea sobre el lugar: "Es una cueva".
Sin embargo, enseguida concreta cómo es realmente el espacio: "Es un estudio pequeñito, pero tiene su patio propio".
En cuanto a sus especificaciones, Donato deja claro las medidas exactas de su vivienda: "Tiene 25 metros cuadrados, pero el patio no cuenta".
Por ello, todo está integrado en una sola estancia, donde salón, dormitorio y cocina comparten el mismo espacio, sin habitaciones separadas.
El precio del alquiler es el principal motivo por el que ha acabado viviendo tan lejos. "Estoy pagando 460 euros, sin incluir suministros ni nada; eso viene aparte", explica.
Además del alquiler, se suman otros gastos relacionados con la vivienda: "Luego, aparte, pago luz e internet, que suman un total de 500 euros".
Aun así, Donato reconoce que "es barato si lo comparamos con lo que se paga en el resto de la Comunidad de Madrid".
En cuanto al estado del piso, Donato muestra sus limitaciones: "Aquí está la cocina, le falta horno y lavavajillas, pero no está nada mal".
Para adaptarse, ha buscado soluciones prácticas: "No tengo horno, pero tengo AirFrier, que me ayuda bastante".
Cada metro está aprovechado al máximo, desde el sofá cama hasta los armarios, e incluso el patio, que supera en tamaño al interior: "El patio es más grande que la casa".
A su vez, el esfuerzo económico es también evidente: "El ingreso que tengo está en torno a los 1.300 euros, y 500 los tengo que meter aquí", señala. En términos porcentuales, lo resume con claridad: "Se va un 33% de mi sueldo, más o menos".
Al mirar atrás, la comparación es contundente: "Hace 10 años, por el mismo precio, tenía un piso de mínimo dos habitaciones".
