Publicada

Las claves

Con la llegada del frío, las vacaciones de Navidad y las reuniones familiares, el consumo eléctrico en los hogares se dispara. Más tiempo en casa, calefacción, horno, lavadoras y luces encendidas durante más horas convierten la factura de la luz en uno de los grandes quebraderos de cabeza del invierno.

Por ello, tal y como advierte Gompi, experto en ahorro, a través de redes sociales (@roams_vip), el problema muchas veces no está en cuánto se consume, sino en la tarifa que se tiene contratada.

"De vez en cuando nos da por echar un vistazo a la factura de la luz y nos damos cuenta de que estamos pagando un dineral", señalaba. Eso fue exactamente lo que le ocurrió a uno de sus clientes cuyo precio mensual alcanzaba los 300 euros.

Al analizar el motivo, la sorpresa fue evidente: "Pagaba tanto porque tenía una tarifa de discriminación horaria, la peor que podría tener para sus horarios de consumo".

Y es que, aunque este tipo de tarifas suelen presentarse como la opción más económica, solo funcionan si el consumo se concentra en los horarios correctos.

El error más común

Para entenderlo, Sergio Soto, experto en energía, explicaba el funcionamiento de esta modalidad: "La clave de la discriminación horaria es que divide el precio de la luz en tres períodos: punta, llano y valle".

El tramo punta es el más caro, mientras que el valle, más barato se concentra en la madrugada entre semana y durante todo el fin de semana.

"Este tipo de tarifa solo compensa si conseguimos acumular al menos el 50% de nuestro consumo en ese período más barato", señala Soto. Si no se logra, el ahorro se diluye e incluso puede generar facturas superiores a las de una tarifa estable.

El problema, según Gompi, es que muchos consumidores no adaptan sus hábitos al tipo de tarifa. "Si sueles poner la lavadora por la noche o los fines de semana, te conviene la discriminación horaria", aseguraba. Pero en caso contrario, puede salir mucho más caro.

Es un error que se repite con frecuencia, y más en meses como diciembre, cuando las reuniones familiares y el mayor consumo eléctrico elevan la factura a niveles inesperados.

De tal manera, en el caso del cliente de Gompi, la solución fue directa y efectiva. "Lo primero que le recomendamos fue cambiar a un plan estable, donde no importa el momento del día en el que consumas la luz", señalaba.

Además, se ajustó el precio del kilovatio hora: "Esta persona estaba pagando 26 o incluso 32 céntimos por kW y ahora paga solo 13. Estamos hablando de un ahorro cercano al 60%". Un cambio que demuestra que, en muchos casos, el verdadero ahorro empieza por elegir la tarifa adecuada.

Sergio Soto aportaba contexto sobre la situación actual del mercado. "Ahora mismo los planes de luz estables rondan los 0,15 euros/kW de media, pero si comparas bien, puedes encontrar tarifas a 0,10 euros", indicaba.

Aunque la diferencia pueda parecer mínima, "a la larga puede suponer unos 14 o 15 euros menos al mes, y en un año la cifra se acumula considerablemente".

La enseñanza es clara, según Gompi: "Es fundamental conocer los momentos del día en los que consumimos más luz para contratar la tarifa adecuada". La discriminación horaria puede funcionar si se concentran electrodomésticos y calefacción en el horario valle.

Pero si los horarios son variados, como ocurre en la mayoría de los hogares durante la Navidad y el invierno, "con un precio fijo nunca te equivocas".

En un contexto de consumo elevado y precios inestables, entender la factura y revisar la tarifa contratada puede ser la diferencia entre pagar de más y ahorrar sin cambiar de hábitos.