Las claves
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El auge de los poke bars en España no es casualidad. Detrás de este tipo de negocios hay una combinación de inversión contenida, operativa eficiente y una demanda en aumento, especialmente entre el público joven.
Rubén, propietario de cuatro locales en el País Vasco (GoxoPoke), explica con cifras concretas cómo funciona este modelo de restauración y por qué se ha convertido en una alternativa rentable dentro de la hostelería.
La inversión inicial para abrir un poke bar es uno de los factores clave. "Para abrir un local necesitas unos 100.000 euros. Suele estar entre 75.000 y 100.000 euros, más o menos, pero lo normal es que nos vayamos a los 100.000", señala Rubén.
Un negocio redondo
Aunque 100.000 euros puedan parecer una cifra elevada, en comparación con otros formatos de restauración se trata de una inversión relativamente accesible, que además permite reducir los riesgos en el arranque del negocio.
Según explica Rubén, este presupuesto incluye tanto el equipamiento como la adecuación del local: "Dentro de esta inversión tenemos la maquinaria, que son los congeladores; las arroceras, que no las cuento como maquinaria; y poco más".
En concreto, el empresario detalla que cuentan con "tres congeladores, un lavavajillas y la mesa fría, que es la más importante, y una máquina de hielos", además de la obra, el interiorismo y un colchón económico para los primeros meses.
A su vez, uno de los grandes atractivos de este tipo de locales es la simplicidad técnica, ya que no requieren una cocina compleja ni grandes infraestructuras.
"Los locales no necesitan salida de humos", apunta Rubén, algo que "facilita mucho la búsqueda y la obra", reduciendo costes y complejidad administrativa, ya que "cualquier local te serviría para abrir un Poke Bar".
En términos de facturación, las cifras son contundentes. "Solo con este local, el año pasado, en 2024, facturamos 760.000 euros. Tiene un EBITDA de un 20% más o menos", afirma.
Según explica Rubén, se trata de un margen muy por encima de la media del sector, donde "un negocio de hostelería de media andará sobre el 10% o incluso por debajo".
La clave está en la eficiencia operativa y el control del personal. "El personal no se tiene que aumentar en función de la facturación de forma exponencial", apunta, lo que permite mantener los costes bajo control incluso en meses de alta demanda.
Gracias a este enfoque, el gasto de personal se sitúa "en torno al 18%", un porcentaje que contribuye a mantener la rentabilidad del negocio.
Sin embargo, no todo es sencillo. El principal reto diario, según reconoce Rubén, sigue siendo el equipo humano: "Hay cierto público joven que es muy responsable y lo hace muy bien, pero hay otros a los que les cuesta asumir el rol de trabajar".
"Les cuesta asumir que están atendiendo al público, que no pueden estar con el móvil, que tienen que limpiar y que deben realizar una serie de tareas difíciles de cumplir", añade.
