Las claves
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El sector de la construcción tiene un problema muy grave: la falta de mano de obra joven. El relevo generacional está más difícil que nunca, y la inmigración no es suficiente. De hecho, y según datos de la Confederación Nacional de la Construcción (CNC), faltan 700.000 empleados.
Actualmente, la edad media en el sector de la construcción ronda los 45 años. Pero, únicamente, sólo uno de cada diez empleados es menor de 30 años.
Eduardo Roldán, un albañil de 46 años y con más de 30 años de experiencia, ha dado su opinión en el podcast ‘Sector oficios’. Y tiene muy claro que, para captar a los jóvenes, “no hay que pagarles menos de lo que van a ganar en Mercadona reponiendo botes de tomate”.
"Buscarte la vida"
Roldán reflexiona en el vídeo sobre la evolución que está viviendo el oficio en el que lleva más de tres décadas y los desafíos a los que se enfrenta.
Un oficio en el que empezó trabajando ayudando a su padre hasta ser uno de los socios que fundó una empresa con más de una veintena de empleados. “Con 12 años le ayudábamos a hacer la masa los fines de semana”, recuerda.
Luego, ya con la EGB terminada, empezaron a hacer reformas en cuartos de baño, cocinas y pisos, hasta que les llegó el encargo de hacer una nave industrial. El primero de otros muchos. Luego llegó la crisis, y montaron un taller de aluminio.
“Cuando eres autónomo, y tienes una empresa, tienes que aprender de todo y buscarte la vida. Por eso he montado miles de puertas y también he hecho fontanería y cerrajería”, añade.
La crisis les afectó, aunque no se los llevó por delante. La cuadrilla la forman cuatro personas, y en el taller de aluminio hay otras dos.
Asimismo, Eduardo Roldán habla de la escasez de oficiales cualificados, y de lo difícil que es convencer a los jóvenes para que se introduzcan en el sector.
“Ahora hay pocos oficiales de los que antes les dabas un móvil, unas llaves de la furgoneta y una obra y te la hacía entera. No hacía falta ni ir a verlos”, se lamenta.
"Aunque quisieses contratar a alguien, es que no hay gente. Y los que hay quieren ganar más de lo que ganas tú sin saber. Porque piensan que porque sepan poner cuatro ladrillos ya son oficiales de primera”, se queja.
Sobre los sueldos, "me parece estupendo que una persona quiera ganar 2.500 o 3.000 euros. Yo no tengo ningún inconveniente en pagarlo. Pero primero me tienen que demostrar que saben”, remarca.
En el caso de los jóvenes, está convencido de que hay que motivarles. ¿Cómo? Por ejemplo, bajando la edad de jubilación. Que sepan que no van a estar trabajando hasta los 65 años. “Por lo menos, hasta los 55 años”, propone.
Por último, tiene muy claro que lo que no hay que hacer es “pagarles menos de lo que van a ganar en Mercadona reponiendo botes de tomate”. Y concluye resaltando que “si eres buen albañil puedes ganar mucho dinero”.
