Sara Carrasco
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Las claves

Manuela Urbistondo es una de las casi 40 personas que han denunciado haber sido estafadas por el conocido joyero de Arganda del Rey.

Y es que esta madrileña nunca imaginó que alguien a quien conocía de toda la vida pudiera aprovecharse de ella tal y como este señor lo ha hecho.

"Me ha robado más de 3.000 € pero sobre todo, me ha robado el valor sentimental", comienza explicando con tristeza mientras recuerda las joyas que le fueron sustraídas.

Todo comenzó cuando Manuela llevó varias piezas para hacerle unos cambios. "Yo en un principio le llevo a reparar una medalla de mi padre, una medalla de la Virgen de Fátima, una cadena y dos pulseras", relata en su intervención en Y ahora Sonsoles.

"A los 15 días de eso, le llevo a reparar otra pulsera con unos zafiros que me había regalado mi marido", en una de las visitas que solía hacer a la tienda cada semana para preguntar por sus joyas.

Sin embargo, siempre recibía excusas. "Él hacía su paripé, miraba entre sus cosas a ver si había llegado. 'No ha llegado, pues dame los resguardos que te lo miro, le saco una foto, los reclamo', y nunca aparecían. Yo siempre he ido de buena fe y por eso piensas que realmente el taller tiene mucho trabajo y que todavía no ha llegado", confiesa.

Pese a ello, Manuela explica con tristeza que la traición fue aún más dolorosa por la relación de confianza que tenía con el joyero.

"Yo no me doy cuenta de nada, sinceramente. Solo me doy cuenta de que algo está pasando cuando me encuentro la joyería cerrada. Yo he creído en todo momento en él, en todas las mentiras que él me estaba contando, me las he creído porque es una persona a la que conozco, pues desde que tenía la joyería, o sea, que pueden ser 20 años", detalla.

No obstante, su caso no es aislado y las autoridades ya han iniciado las investigaciones pertinentes mientras el resto de víctimas también comienzan a dar su testimonio.

Por su parte, los afectados solo quieren poder recuperar el dinero perdido, así como las joyas con ese valor que para ellos no tienen precio.