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Las claves

Comprar una vivienda siendo joven es uno de los mayores retos de hoy en día en la sociedad. Y es que entre los altos precios y los salarios que tardan en estabilizarse, muchas personas sienten que es casi imposible reunir la entrada necesaria para su primera casa.

La realidad es que las nuevas generaciones cada vez comienzan a trabajar más tarde. Y tras la universidad, másteres o prácticas, muchos no empiezan a ganar un sueldo fijo hasta pasados los 25 años.

Un proceso que ya se ha vuelto casi obligatorio y que según detalla Antonio Costa, experto inmobiliario, a EL ESPAÑOL, retrasa el momento de ahorrar, haciendo que la idea de comprar casa parezca inalcanzable.

Sin embargo, este joven de 26 años, propietario de cuatro pisos y con más de nueve años de experiencia en el sector, nos asegura que la clave está en combinar mentalidad y ahorro.

"Es un conjunto de varios hábitos y también un cambio de mentalidad que debemos adoptar. Para ponerlo en contexto —y esto siempre lo explico con un ejemplo muy drástico, pero que ayuda a entenderlo—, hay personas que vienen de otro país, que no hablan nuestro idioma, no tienen las mismas facilidades ni oportunidades, y aun así, con disciplina y una buena estrategia de ahorro, consiguen comprar una vivienda", confiesa.

El experto aclara que "algunos incluso lo hacen sin pedir un préstamo, simplemente ahorrando mucho. Y es verdad que muchas veces compran viviendas más baratas, pero lo logran, no como nosotros que no tenemos esa cultura de ahorro".

Y es que el primer paso, según detalla Antonio, es renovar las ideas y por supuesto, ajustar expectativas. "La primera vivienda no tiene por qué ser la casa de tus sueños. No pasa nada si es un piso antiguo", explica.

"Hay que pensar que cuando vivimos con nuestros padres o en un piso de estudiantes, muchas veces las paredes tienen gotelé, la cocina es de los años 80 o tiene un baño con azulejos verdes de los 60, y no pasa nada, vivimos perfectamente", detalla.

"Sin embargo, cuando queremos comprar, aspiramos a una vivienda perfecta: paredes lisas, cocina blanca y moderna, baño nuevo, muebles minimalistas… Y es cierto que antes de la crisis podía ser posible, porque las viviendas eran más baratas, pero ahora ya no", reflexiona.

No obstante, ahorrar para poder dar la entrada de la primera vivienda es una asignatura pendiente para muchos jóvenes. La mayoría se ven incapaces de ahorrar debido al alto coste de la vida en comparación con lo que ganan.

Sin embargo, Antonio señala que muchos no lo hacen porque no se lo proponen, ya que quienes vivan con sus padres tienen una gran ventaja para empezar.

"Pese a como está todo, es verdad que hay estrategias financieras que pueden ayudar. Por ejemplo, si vives con tus padres, puedes ahorrar el dinero que destinarías a un alquiler —700 u 800 euros al mes— y reunir así la entrada para una vivienda", relata.

"Pero claro, esto no se puede generalizar, cada persona tiene una situación distinta, pero quienes puedan seguir viviendo con sus padres cerca del trabajo, tienen una oportunidad real de ahorrar y planificar mejor su futuro", concluye.