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Las claves

Cristina Simón (34 años) es limpiadora, madre y autónoma. Compagina la limpieza de viviendas de particulares con la desinfección de espacios de personas con síndrome de Diógenes, catalogado como servicio solidario.

Hace 10 años fue madre y pasó de trabajar en una oficina y estar fuera de casa durante diez horas a convertirse en una profesional de la limpieza. Así, ha creado su propia marca en redes sociales (@lafregonadecris), donde acumula miles de seguidores, para ofrecer consejos "de limpieza real", cuenta a El ESPAÑOL en una entrevista.

Durante su trayectoria, ha presenciado una evolución en cuanto al número de hombres que se dedican a una profesión históricamente ligada a la mujer. Sin embargo, desvela que ha visto en algunas ocasiones "discriminación por parte del cliente, sobre todo de mujeres, cuando el que limpia es un hombre".

Hombres limpiadores

Según datos de la Asociación Profesional de Empresas de Limpieza (ASPEL), el sector da empleo a 478.000 personas y el 74% de los empleados son mujeres. Los motivos son dos: la falta de incorporación del hombre a la profesión y que existen clientes que siguen prefiriendo que el servicio lo realice una mujer.

Cristina manifiesta que, incluso a día de hoy, las mujeres clientes que nos contratan "nos han puesto problemas por que haya un hombre o han estado más encima y vigilando más qué se hace. Aunque lo puedo contar con las manos, tampoco es algo que ocurra muy a menudo", reflexiona.

Cristina Simón. Cedida

En cambio, la entrevistada aclara que los perfiles masculinos se van incorporando poco a poco a la profesión y realizan un trabajo muy profesional. "Yo tengo un compañero que es un crack, hace cosas que nosotras no podemos. Por ejemplo, le utilizamos siempre para los trabajos de mayor peso o para la limpieza de cristales", puntualiza a esta cabecera.

Cristina, que cambió su rumbo laboral tras dar a luz porque no podía permitirse estar tantas horas fuera de casa, se hizo autónoma para disfrutar de una flexibilidad horaria que era inviable con un trabajo por cuenta ajena.

No obstante, destaca la dureza de trabajar por cuenta propia y avisa: "La gente se lo debería pensar mucho, ser autónomo en España para mí no es rentable, si no apretasen tanto podríamos poner mejores precios para los clientes; la mitad del año trabajo para el Estado", afirma.

En cuanto a los salarios de la profesión, señala que sigue habiendo mucha precariedad y que aún se paga en negro a los y las trabajadoras. "El salario va desde los 4 euros la hora hasta los 25 euros, pero mínimo se tiene que cobrar 15 euros la hora porque si no pierdes dinero". Y confiesa: "Lo habitual es 8 o 10 euros la hora y, además, en B".

Condiciones precarias

Ella, además del dinero que factura por los servicios de limpieza, logra la mitad de sus ganancias en redes sociales, donde difunde trucos de limpieza y claves sobre la profesión con una originalidad muy aplaudida por sus seguidores.

Eso sí, aunque puede adaptar sus horarios a las necesidades de su familia, relata que, combinando su trabajo como limpiadora y la promoción en redes sociales, trabaja "50 o 60 horas a la semana, y algunos días 14 horas al día cuando hago la limpieza solidaria".