El precio de la gasolina es un tema que siempre está en boca de todos y especialmente por las maneras en que les afecta la situación geopolítica del mundo.
Sin embargo, más allá de los precios que marcan los países y empresas petroleros, hay algo que incrementa el precio del combustible y eso son los impuestos.
Por ello, el experto en ahorro (@roams_vip) se encargó de explicar cómo incrementan el precio de la gasolina los impuestos hasta prácticamente duplicar su valor.
El precio de la gasolina
El precio de la gasolina en España es un tema recurrente debido a su impacto directo en los costes de transporte, el bolsillo de los consumidores y la actividad económica en general.
Aunque las variaciones en los precios responden en gran medida a la cotización internacional del petróleo y a factores geopolíticos, también influyen otros elementos como la capacidad de refinado, la competencia entre estaciones de servicio y la evolución del mercado energético en Europa.
En los últimos años, estas fluctuaciones han provocado subidas significativas que afectan tanto a particulares como a empresas.
Una parte importante del precio final de los carburantes en España está compuesta por impuestos, que representan un porcentaje elevado del coste que paga el consumidor en cada litro.
"¿Cuánto te costaría el litro de gasolina si no pagásemos impuestos?", aseguraba en el vídeo. "Seas de diésel o de gasolina, ir a repostar es el peor momento de la semana. Sabes que te tienes que rascar el bolsillo, pero no cuánto".
"¿Y de dónde sale el precio del combustible? Porque no es solo el precio del barril del petróleo, también están los costes de distribución, los márgenes de beneficio y, sobre todo, los impuestos que son lo que más encarecen el precio".
El experto señaló cómo el impuesto de hidrocarburos incrementa el precio: "Ahora mismo está en algo más de 47 céntimos el litro en el caso de la gasolina y unos 38 en el caso del diésel. Y a esto también hay que sumarle el IVA que está al 21%. Un poco alto, ¿no?".
No obstante, lo que afecta especialmente es la manera en que se ordena el cobro de estos tributos. "Importante, primero se aplica el impuesto de hidrocarburos sobre el precio base del combustible y luego ya el 21% del IVA, no al revés, que el cuento cambia bastante", apuntaba.
"Entonces, de lo que nosotros pagamos por el combustible, esto corresponde al coste de la materia prima, esto a los márgenes y a los costes de distribución, y todo esto a los impuestos. Es decir, en torno a un 50%", señalaba.
Por tanto, si no tuviesen los porcentajes que hay actualmente, los carburantes tendrían un precio de "0,739 euros el litro de diésel y 0,706 euros el litro de gasolina aproximadamente". O lo que quiere decir: la mitad de su precio al público.
Gráfica representativa del precio de la gasolina.
Estos tributos responden a una política fiscal y energética del Estado, que busca equilibrar recaudación, sostenibilidad y consumo responsable, pero su peso en el precio final es siempre objeto de debate.
Esta estructura impositiva hace que, incluso cuando baja el precio del petróleo en los mercados internacionales, la reducción percibida en las gasolineras sea limitada.
Como consecuencia, los consumidores suelen sentir que el precio sube rápidamente cuando el crudo se encarece, pero baja más lentamente cuando ocurre lo contrario.
