David Canales, empresario y creador de contenido, quiso compartir una experiencia reciente que, según él, refleja una preocupante realidad en el mercado laboral actual: la falta de disposición para trabajar con contrato.
"Anoche publiqué una oferta de empleo para una de mis empresas: buscamos a una señora de la limpieza, a media jornada, para venir a limpiar la empresa", comienza relatando.
"He intentado que sea una jornada completa, pero no puede ser porque los locales están muy lejos, no le daría tiempo, y además es un local pequeño que con 20 horas a la semana es más que suficiente", añade.
Una llamativa sorpresa
Con estas condiciones, el empresario publicó la oferta en un portal de empleo y esperó las primeras respuestas.
La sorpresa llegó al día siguiente, cuando comenzaron las llamadas para concertar entrevistas. "Habían inscritas unas 80 personas, y nos ha dado tiempo a llamar a unas 40, la mitad", cuenta Canales.
Sin embargo, lo que parecía un proceso normal de selección terminó convirtiéndose en un motivo de frustración.
"¿Cuál ha sido nuestra sorpresa? Que del 100% de las 40 personas que hemos llamado, el 100% ha declinado venir a la entrevista porque evidentemente ofrecíamos contrato", relata incrédulo.
Según su testimonio, la negativa estaba directamente relacionada con la legalidad de la oferta. "La llamada ha sido para presentarnos, explicar las condiciones y luego nos han preguntado: '¿Hacéis contrato?' Evidentemente, la respuesta es sí, por supuesto", comenta.
Fue en ese momento cuando los candidatos rechazaban acudir. "Pues el 100% al decir que hacemos contrato no quiere venir", asegura.
Canales afirma que la mayoría de los aspirantes alegaban estar recibiendo subsidios o prestaciones, lo que les hacía perder interés en el empleo.
"No quieren venir a la entrevista porque, según ellas, estaban cobrando un subsidio, el paro o no les convenía", explica.
El empresario lamenta que esta situación se haya vuelto habitual y critica la percepción que existe sobre quienes generan empleo.
"Y luego somos nosotros, los empresarios y autónomos, los opresores, las malas personas, los defraudadores, los que siempre queremos hacer trampas… en fin, sin más", concluye.
Su relato pone sobre la mesa un debate que muchos empresarios comparten: la dificultad para encontrar personal dispuesto a trabajar en condiciones legales, algo que, según Canales, debería hacer reflexionar sobre el estado actual del mercado laboral.
