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Las claves

De estudiar Ciencias Políticas y querer ser presidenta del Gobierno en España a convertirse en limpiadora y tener miles de seguidores en redes sociales que se nutren de sus trucos de limpieza. "Consejos de limpieza real, voy al fondo de la cuestión", recalca ella.

EL ESPAÑOL ha entrevistado a Cristina Simón (@lafregonadecris), una joven albaceteña de 34 años que lleva 10 años trabajando como limpiadora en Madrid. Ha construido con mucho esfuerzo una marca personal que le permite obtener la mitad de sus ganancias a través de sus perfiles digitales.

Su trabajo, más allá de las redes, se divide en dos partes: limpiar en casas y ofrecer un servicio de limpieza solidario que consiste en acudir a espacios de personas con síndrome de Diógenes y realizar un lavado en profundidad. Además, es autónoma, sinónimo de frustración: "Las condiciones son sangrantes, facturo 5.000 euros al mes y se me queda en 2.300 euros", relata a este diario.

La dura realidad de ser autónomo

Asegura que, tras trabajar en una oficina durante varios años y estar fuera de casa diez horas al día, se quedó embarazada y dio un giro de 180 grados en su vida tras el nacimiento de sus hijos. "El único motivo por el que soy autónoma es que quiero compatibilizar mi horario con mis hijos, no puedo estar 10 horas al día fuera de casa".

Sin embargo, más de la mitad de su facturación se diluye entre gastos cotidianos, cuota de autónomos e impuestos. "La gente se lo debería pensar mucho, ser autónomo en España para mí no es rentable, si no apretasen tanto podríamos poner mejores precios para los clientes; la mitad del año trabajo para el Estado", expresa con resignación.

Cristina manifiesta que como trabajadora por cuenta propia no puede permitirse "el lujo" de enfermar. "No podemos disfrutar de una baja. El Estado me pagaría 600 euros al mes, pero yo tendría los mismos costes: hipoteca, gastos de manutención de mis hijos, facturas... Seguiría con los mismos costes", aclara a esta cabecera.

En cuanto a los salarios de los profesionales de la limpieza, señala que puede ir desde los cuatro euros la hora hasta los 25 euros, como es su caso, ya que ha conseguido un bagaje y una reputación que le permite subir el precio.

Eso sí, destaca que como mínimo como autónoma "se tiene que cobrar 15 euros la hora. Si no, pierdes dinero. Pero lo habitual en la profesión es cobrar 8 o 10 euros la hora y en negro".

Su éxito no le ha caído del cielo. Cristina nos cuenta que entre su trabajo como limpiadora, el contenido que produce en redes sociales y el tiempo que destina a interactuar con sus seguidores trabaja bastante más de 50 horas a la semana, aunque agradece que puede organizarse los horarios a su antojo, algo que no podría hacer si trabajara para una empresa.

Desinfectó una casa okupada

En sus inicios ganaba 8 euros la hora. De hecho, narra que su primera experiencia fue un choque directo con la realidad de la profesión: acometer el proceso de desinfección de una casa que había estado okupada.

"Estuve prácticamente tres días sin salir de esa casa, hasta dejarla perfecta, pero terminé en el hospital en dos ocasiones porque soy alérgica al amoniaco y a la lejía y sí, me di cuenta en mi primera limpieza, pero ya no había vuelta atrás", revela. Pero no fue un impedimento ya que va siempre protegida con una mascarilla y quiere seguir apostando por su negocio.