Las claves
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España vive un momento complicado en relación al sector de la construcción. Se trata de un sector que ya no atrae a los jóvenes por lo que no hay relevo generacional.
Además, muchas empresas no llegan a ofrecer las mejores condiciones y por ello algunos trabajadores optan por hacerse autónomos en busca de sus propios proyectos.
Un caso así es el de Luis Miguel Francisco, un instalador de placas de yeso laminado por cuenta propia y que, después de años de aprendizaje, está muy bien asentado en su sector.
Trabajando en la construcción
El sector de la construcción en España sigue siendo uno de los motores tradicionales de la economía española, aunque su estructura ha cambiado notablemente.
La obra nueva ha cedido protagonismo a la rehabilitación, la eficiencia energética y la modernización de edificios.
Sin embargo, el sector enfrenta un problema persistente: la falta de mano de obra cualificada, que amenaza con ralentizar el ritmo de crecimiento.
Dentro de este contexto, el instalador de placas de yeso laminado, comúnmente conocido como instalador de pladur, se ha convertido en una figura esencial en las obras de edificación y reforma.
Su labor consiste en montar estructuras ligeras de acero galvanizado y revestirlas con placas de yeso laminado, un material versátil, económico y fácil de instalar, que se utiliza para levantar tabiques, falsos techos y revestimientos.
Además de su rapidez de instalación, este sistema permite un acabado limpio y moderno, adaptado a las exigencias actuales de confort, aislamiento acústico y eficiencia energética.
El oficio requiere precisión, destreza manual y conocimiento técnico, ya que el instalador debe interpretar planos, calcular medidas y coordinar su trabajo con otros profesionales del sector.
Ese es justo el caso de Luis Miguel, un instalador de placas de yeso laminado con una gran trayectoria y que contó su historia en Sector Oficios. Tuvo inicios tempranos en el oficio, influenciado por su padre y abuelo, pioneros en el sistema de aislamiento y creación de piezas patentadas para el sector
Empezó trabajando de joven y decidió independizarse cuando notó dificultades en la relación laboral familiar y vio posibilidades económicas fuera. Es ahí cuando se aventuró en hacerse autónomo.
"Salió mal porque nadie te explica lo que tienes que pagar", aseguraba. "No era como yo creía, había muchas cosas que no sabía que tenía que pagar. El gestor no me las explicaba, simplemente me decía: "Tráeme facturas". Y al final del trimestre te cobraban por todos sitios".
"Yo me preguntaba a dónde iba todo el dinero. No me lo explicaban. Entonces acabé cerrando porque en el momento que pones dinero de tu bolsillo para una empresa, sea autónomo o lo que sea, tienes que cerrar".
Más adelante, ya con mayor experiencia y conocimiento, Luis Miguel volvió a intentarlo como autónomo. En esta ocasión si gozó de un mayor éxito, del que disfruta hoy en día.
"A mí me contratan porque saben cómo trabajo yo", apuntaba. "Entonces la gente que normalmente he contratado o subcontratado, los he buscado. Normalmente a la gente que sabes que es buena, la ves el primer día".
Por ello, Luis Miguel se enfoca en cumplir de la mejor manera posible con su cliente y con sus propios trabajadores.
"El cliente te contrata a ti porque sabe cómo dejas el trabajo, no porque seas más económico o porque tengas mejores precios", aseguraba. "Prefiero generar una marca y que todo el mundo cuando vea mi marca diga: "Yo quiero esa marca, quiero que esa marca trabaje para mí"".
"En una obra que he estado haciendo en Madrid, un autónomo me pidió 120 euros al día, le terminé pagando 180 euros porque vi que esa persona merecía más". confesaba.
Sin embargo, a la hora de responder si se plantearía volver a trabajar por cuenta ajena, el trabajador reveló que tendrían que pagarle como mínimo 2.500 euros para tomar esa decisión.
Luis Miguel está ya asentado en el sector de la construcción, siendo honesto y eficiente con su trabajo y ganándose la confianza de sus clientes. Sin embargo, fue claro a la hora de señalar la intrusión laboral en el sector.
"Hay mucho pirata suelto", contaba. "La normativa no está para todos. ¿Por qué? No en todas las obras se puede cumplir la normativa, no en todas las obras se puede cobrar según la normativa porque no son los mismos precios y de ahí se aprovecha mucha gente".
