Las claves
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El mundo del cine y de la literatura han mostrado un especial interés por las historias que transcurrían en el seno de una prisión. Celda 211, La Milla Verde, Cadena Perpetua, Cámara de gas... Obras que han encandilado al público por su crudeza y porque despiertan un sentimiento de injusticia en el consumidor.
Algunos de los personajes claves de estas historias han sido los propios funcionarios de los centros penitenciarios. Sin embargo, en la práctica de España, son trabajadores preocupados por el aumento de las agresiones por parte de los presos y por la congelación de los salarios a pesar del aumento de los precios en el país.
EL ESPAÑOL ha contactado con Jorge Martínez (47 años), funcionario de prisiones en Cartagena (Murcia), quien debe su vocación a las películas carcelarias. En cambio, ha expresado su descontento con las condiciones salariales. "En los últimos años nos han subido el sueldo sólo un 4%, mi padre ganaba la mitad que yo y tenía una casa en la playa, otra en la ciudad y varios coches".
Inflación y aumento de las agresiones
Explica a esta cabecera que la inflación, al igual que en muchas otras profesiones, ha golpeado de lleno a los vigilantes que se encargan de preservar el orden en las prisiones españolas. "Con la inflación nos hemos quedado obsoletos en el sueldo, la subida no compensa porque la vida es tres veces más cara".
El salario de estos profesionales varía en función de la peligrosidad. Por ello, en Vigilancia 1 -los empleados que están en contacto directo con los reos- la remuneración asciende a 2.200 euros al mes netos. En cambio, los empleados ubicados en las oficinas de las cárceles ganan alrededor de 1.600 euros mensuales, detalla el entrevistado.
En consecuencia, sugiere que esta degradación de las condiciones económicas y el aumento exponencial de las agresiones, que según el Ministerio del Interior se han incrementado un 215% entre 2021 y 2024, ha derivado en un rechazo generalizado de las nuevas generaciones para ejercer.
"Cada vez hay menos instancias de candidatos para opositar. En 2009 había 18.000 y ahora sólo 9.000. Ahora a la gente le tira menos, cada día es una profesión más peligrosa", revela este vigilante del nivel 1 que lleva desde los 29 años en contacto directo con los prisioneros.
¿En qué consiste la oposición?
Jorge, a su vez, es CEO de Prisiones Test, una academia para formar a los candidatos que quieren presentarse a la oposición para convertirse en funcionarios de prisiones.
El proceso es una oposición libre, sin méritos, nos explica. Consiste en tres pruebas, dos teóricas y una médica (de capacidad funcional) y en 2025 se han convocado 900 plazas, aunque tal y como ha relatado Jorge, cada vez menos gente está dispuesta a contribuir a la seguridad y el orden en las cárceles españolas.
