Publicada

Son muchos los oficios que están faltos de mano de obra en España. Uno de los sectores que más lo está sufriendo es la construcción, donde no sólo faltan albañiles, también pintores, electricistas o fontaneros.

Uno de esos fontaneros que en la actualidad sigue al pie del cañón es Santi. Y se le puede considerar joven, ya que sólo tiene 37 años. Su formación arrancó a los 14 años, gracias a las enseñanzas de un familiar. Luego estudió en el instituto de La Paloma, en Madrid.

“Estoy contento con mi oficio. Estar en una oficina sentado 8 horas es un coñazo”, afirma Santi en el podcast ‘Sector Oficios’.

De contrato en contrato

A lo largo de la entrevista, Santi va desgranando sus andanzas en el sector. Por ejemplo, en las prácticas era el mejor. De ahí que el profesor le dijera que “tú vas de listillo”. Y él le contestaba que no, que cuando acababan las clases se iba “a hacer cosillas”.

Consiguió un contrato en prácticas en una empresa por 600 euros. Luego ya le hicieron fijo con otro de 900 euros. Y le subieron a 1.000 con 19 años. Más tarde, 1.500 euros...

Hacía cosas cada vez más complicadas. Y anécdotas no le faltan en el zurrón. Como cuando hizo un taladro y al otro lado de la pared había un dormitorio. En la cama, un caro edredón de plumas que acabó siendo destrozado. “De esas tengo unas cuantas, pero así vas aprendiendo”, reconoce.

De hacer chapuzas pasó a la obra nueva. Fue entonces cuando se hizo autónomo. Capitalizó el dinero del paro, y compró una furgoneta y el material. Entre otras razones, “para ganar más dinero”. Así lleva durante los últimos diez años.

“Si tengo que enseñar a alguien no lo llevo a una reforma, lo llevo a una a obra nueva porque se aprende mucho más”, afirma.

Y añade: “Hay mucha gente que se cree que eres fontanero 24 horas y eso no. Nosotros también tenemos vida. Aunque tendrías para 24 horas y para más”.

Solicitado, lo está. Y mucho. Porque hay veces que da citas para mes y medio, incluso para dos meses.

¿Y qué les diría a aquellos jóvenes que no les llama la atención la fontanería? “Veníos un día conmigo y ya veréis si os lo vais a pasar bien. Te tienes que poner un poco de rodillas. Te vas a manchar las manos. Pero es divertido y, sobre todo, te satisfaces a ti mismo”, remarca.

¿Marcas en las rodillas? Sí. “Físicamente te mata, la verdad. Pero, de los 20 años, hasta los 55, cuidado, te da tiempo a hacer hucha”, subraya.

Y concluye haciendo la siguiente reflexión: “Si tú a un chico le dices que gana lo mismo sentado en un ordenador y de fontanero, ¿dónde irías? A mí se me cae la oficina encima, pero hay mucha gente que decide estar en una silla. Pero, 8 horas, en una silla, para mí es un coñazo”.