En los últimos años, el problema de la vivienda en España se ha convertido en una de las principales preocupaciones sociales.
Comprar o alquilar resulta cada vez más complicado, con precios que no dejan de subir, sobre todo en las principales ciudades costeras, donde la oferta no alcanza para cubrir una demanda que no para de crecer.
Como consecuencia, miles de jóvenes y familias se enfrentan a verdaderos obstáculos para encontrar un hogar digno. Pero no siempre es así. Marc Bove rompe con esta tendencia. Este joven catalán logró pasar de tener tres pisos a siete sin poner ni un euro.
Marc es uno de esos emprendedores en España que se niegan a conformarse con lo que les ha tocado vivir.
Y es que, mientras muchas personas optan por la seguridad de un empleo estable o se dejan arrastrar por la rutina, él ha elegido el camino del esfuerzo sin excusas.
Su mensaje es claro y directo: "Trabajaba 16 horas al día sin llegar a fin de mes. Lo único que hacía era endeudarme. Tenía dos hipotecas y dos préstamos que tenía que pagar con mi sueldo de 3.000 euros".
En uno de los episodios de Libertad Inmobiliaria, Marc Bove recuerda sus primeros pasos cuando compró su primer piso en plena crisis con mucho esfuerzo y sacrificio.
"Vendí mi coche, que era el de mis sueños, y me fui a vivir temporalmente a un apartamento de 27 metros cuadrados en el que tenía cucarachas... La gente se pensaba que se me había ido la olla", explica con inquietud, dejando claro que lo que no iba a hacer era abandonar.
Y es que, ahora, puede decir orgulloso que esa persistencia es la que se ha convertido en la base sobre la que ha levantado sus metas.
Una vez liberado de sus deudas y con un primer piso alquilado, Marc implementó estrategias para crecer rápidamente: comprar viviendas con potencial de mejora, reformarlas con presupuestos ajustados y destinarlas al alquiler.
"La clave es que el piso se pague solo desde el primer día. Si la cuota del préstamo es menor que el alquiler, ya estás generando caja positiva", explica.
Con esta mentalidad, adquirió tres pisos en pocos años, todos a base de hipotecas. Pero el gran salto llegó cuando descubrió que podía sacar dinero del valor que ya tenían esas viviendas: usar el patrimonio acumulado para seguir creciendo.
"Conseguí pasar de los tres pisos que tenía a siete sin poner dinero. Cogí la hipoteca que tenía y me la llevé a otro banco pidiendo que me ampliaran 50.000 € más con concepto de reforma de mi vivienda habitual", señala.
Esta decisión le permitió multiplicar su bolsillo sin necesidad de tener ahorros. "En lugar de vender, lo que hago es aprovechar el valor que ya he creado", comenta Marc.
A día de hoy, Marc cuenta con 17 pisos que consigue gestionarlos con alquileres de viviendas completas en lugar de habitaciones. Y para evitarse problemas, el catalán se asegura de "elegir bien al inquilino".
