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Los jóvenes en España, aunque tienen muchas más facilidades que los mayores que afrontaron las consecuencias económicas y sociales de la dictadura, encuentran muchos problemas para independizarse por el precio de la vivienda y los bajos salarios.

En este sentido, Luis Castillo, empresario español de 58 años, se ha pronunciado sobre este asunto y ha planteado el debate sobre la capacidad de sacrificio de las nuevas generaciones.

El representante de la Patronal Hostelera en Alicante ha contado en una entrevista en televisión que trabaja 70 horas a la semana "y que vive cañón". Y añade: "Mis hijos viven todavía más cañón que yo gracias a mis 70 horas semanales".

Los jóvenes son los principales usuarios de Uber

No obstante, ha argumentado en el plató de La Sexta Xplica que a diferencia de los jóvenes de hoy en día, "sus padres se compraron una casa con dos bases fundamentales: ahorro, mucho esfuerzo y trabajo".

Además, este empresario, nacido en 1967, arroja un dato revelador sobre el tren de vida de la generación Z y la generación X en España. "El 80% de los usuarios de Uber tienen entre 16 y 34 años", en alusión a que los jóvenes prefieren este servicio antes que otros más humildes como el metro o el autobús.

Por otra parte, según su punto de vista, ocurre lo mismo con el tipo de ocio al que acceden los adolescentes y los veinteañeros. "Para mí ir al cine era un privilegio y ahora vas gratis con el bono joven".

En la misma línea, Castillo se pregunta "qué jóvenes con 25 años no han viajado en avión o no tienen móvil."

Finalmente, tras la enumeración de sus razones para explicar las diferencias entre generaciones, este hostelero lanza una advertencia a las personas que pagarán su pensión y las de sus hijos en el futuro: "Tienen que asumir rápido la situación que se vive para superar y ser felices y no hay que dar lo bueno por hecho".

Existe una preocupación latente en la sociedad, en concreto entre la clase trabajadora y los jubilados españoles. Consiste en que estos grupos de población se muestran preocupados por el futuro de sus hijos y sobre la posibilidad de que los herederos de la generación del baby boom vivan peor que sus padres.