Una de las grandes problemáticas con las que se encuentran muchos emprendedores tiene que ver con las decisiones que toman algunos de sus empleados, dándose con frecuencia algunas situaciones que suponen un gran problema para el empleador.
El emprendedor y creador de contenido David Canales Cerdá (@david_canales_cerda en TikTok) ha hablado en un vídeo acerca de esos casos en los que un trabajador solicita a su jefe que le despida para poder descansar, hacer un cambio en su vida o para cobrar el paro.
Esta es una petición mucho más habitual de lo que se pueda pensar, y en su publicación asegura que le ha pasado a él recientemente. Asegura que hace unos 7 meses, le llegó el que era un excelentísimo trabajador y con el que tenía muy buena relación y le hizo esta petición.
El empleado argumentó que lo estaba pasando mal con su pareja y que quería un tiempo para descansar y un cambio de aires, por lo que le pidió que le despidiera porque se había enterado de que si pedía la baja voluntaria ni tenía indemnización ni derecho al paro.
Incluso le aseguró que no se preocupase por la indemnización, que "se la devolvía en B" y que, por favor, le despidiese para poder cobrar dos años de paro. Ante esta petición, David Canales le negó esta posibilidad, porque no estaba dispuesto a cometer un fraude de ley como ese.
En ese mismo momento, también le indicó que, si quería abandonar la empresa, debía hacerlo con todas las consecuencias, pero que él no estaba dispuesto a cometer el fraude, a lo que el trabajador respondió con una amenaza: "O me despides o la vas a flipar".
Pese a su insistencia, David Canales asegura que le dijo que podía solicitar la baja voluntaria o bien seguir trabajando en la empresa, que era un excelente trabajador, pero decidió abandonar su turno a medidas y se fue de malas maneras.
Una baja para forzar el despido
A las 3 horas envió un mensaje a la empresa informando de que estaba de baja y que ya tendrían información de él. Desde ese momento, los compañeros se preguntaron entre ellos, y esa persona confesó que iba a forzar una situación tensa con él y con la empresa hasta que decidiese despedirlo.
A sus compañeros les dijo que buscaba esta solución porque estaba muy cansado y quería cambiar de vida, pero solo con el despido podría disfrutar de dos años de paro, pues en caso contrario no se podía quedar sin cobrar nada.
Ante este panorama, al día siguiente se puso en contacto con el servicio jurídico de la empresa y les comentó la situación. El abogado fue claro y le dijo: "David, ni se te ocurra llamarle, ni se te ocurra hacer nada. Que siga todo su cauce".
El cauce fue que le llegó la baja laboral, y como no se indica el motivo de la baja médica de la Seguridad Social, no podía saber nada de esa persona, más allá de los comentarios de otros compañeros de esa persona que se lo comentaban.
Tras 6 meses en los que en ningún momento se puso en contacto con esa persona, le llegó la información de que estaba haciendo entrevistas de trabajo, y que ahora disfruta de una vida normal y corriente, lo que le parece "perfecto".
Sin embargo, David Canales era consciente de que estaba esperando a que él no aguantase más con la situación, forzando continuamente la baja psicológica con el médico de cabecera para que le despidiese. También pasó por el médico de la mutua, exactamente por lo mismo.
Pese a toda la situación tensa vivida y varios meses de por medio, de repente recibió una llamada de esa persona en la que le dijo: "David, quiero pedirte la baja voluntaria". Entonces fueron al despacho, la firmaron y se fue.
De esta manera, se puso fin a más de 6 meses de baja psicológica, tras lo que llegó a la conclusión de que es "mejor cogerte la baja y forzar el despido, la ley te protege", al mismo tiempo que se pregunta si es lo habitual.
Impacto de las bajas fraudulentas
La proliferación de las bajas laborales fraudulentas es un problema que no ha dejado de crecer en los últimos años, en los que las tasas de absentismo laboral siguen aumentando. Estas bajas fingidas afectan a todos los agentes sociales y tienen un alto coste económico tanto para la Seguridad Social como para las empresas.
El gran problema que se encuentran las empresas es que en muchas ocasiones es complicado demostrar que se trata de un fraude, y ante esa situación, no tienen más remedio que asumir las consecuencias y el problema que les puede suponer.
Las bajas laborales fraudulentas generan costos adicionales para las empresas y afectan a la productividad general de la economía. De hecho, el propio sistema de la Seguridad Social se ve presionado por la carga adicional de pagar subsidios por enfermedad injustificados, unos recursos que podrían destinarse a verdaderas necesidades médicas.
El absentismo laboral es un problema de gran calado, y las empresas juegan un papel clave para poder ejercer un control sobre el mismo. Sin embargo, a pesar de las herramientas legales, por el momento no hay una realmente eficaz que pueda ayudar a las empresas.
