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Nueva polémica en Galicia. Un examen convocado recientemente para cubrir una plaza de operario de servicios múltiples (equivalente a conserje) en Cangas, en Pontevedra, se encuentra en el ojo del huracán.

Más allá de lo inusual, las pruebas presentaron preguntas incongruentes, respuestas surrealistas y planteamientos que ofenden el sentido común de quienes aspiraban a acceder a un empleo público.

Lo que debería ser un filtro riguroso para evaluar competencias, ha pasado a convertirse en motivo de escarnio mediático.

El examen consta de 35 preguntas tipo test repartidas en ocho páginas. Pero ninguno de los enunciados remite directamente a las funciones que ejercerá el puesto: mantenimiento, limpieza, vigilancia o tareas logísticas-

En cambio, los aspirantes se encontraron con cuestiones tan poco fundamentadas como:

"El estatuto de Autonomía de Galicia define a Galicia como..."

  • a) Nacionalidad histórica
  • b) Región de autonomía
  • c) Tierra de charranes
  • d) aldea gala

"La lengua propia de Galicia 'es el arameo'", es otra de las opciones de respuesta. O cuestiones sobre el Pabellón Municipal de O Gatañal (¿voleibol profesional? ¿hockey sobre hielo') o sobre la ubicación de la Biblioteca Municipal de Cangas (O Hío, Aldán, Moaña, Coiro).

Uno de los pasajes más chocantes son varias posibles respuestas con matiz sexista: "Las mujeres no pueden trabajar tras el anochecer", "prohibir la educación a las mujeres" o "dar premios a mujeres con más de 5 hijos". Estas formulaciones desataron indignación entre los participantes, según informa Morrazo Noticias.

Aun así, varias opciones se repiten y algunas respuestas rozan lo disparatado. En otra cuestión sobre el empleo público gallego se incluyeron opciones como "mercenarios" o "los que trabajan", como si la ley pudiera concebir con semejantes variantes.

A pesar del escándalo, los responsables municipales han defendido que lo verdaderamente decisivo era la parte práctica del proceso de selección.

Un examen lleno de polémica

Según fuentes locales consultadas por Enclave Navarra, esta prueba escrita se ve como un mero filtro formal, mientras que las habilidades reales se miden en la práctica.

Otros medios apuntan a que este fue el segundo examen, ya que el primero fue anulado ante el rechazo generalizado de los opositores.

Lo irónico del asunto es que algunos examinados lograron contestar todas las preguntas correctamente, aunque esto no garantiza la aprobación definitiva, porque ninguna de esas preguntas estaba alineada con las funciones reales del puesto.

En cambio, las pruebas prácticas sí han sido exigentes y los pocos aspirantes que las realizaron no lograron superarlas.

Que un examen tan básico -teóricamente- se convierta en comedia no es casualidad. Hay indicios de improvisación, falta de revisión por expertos y ausencia total de transparencia.

Las preguntas reflejan un desconocimiento profundo del puesto en cuestión, de la administración local y de la legislatura autonómica.

Además, la inclusión de opciones machistas y respuestas estrambóticas pone en entredicho la idoneidad del tribunal convocante.

Que "las mujeres no pueden trabajar tras el anochecer" figure como alternativa -aunque hipotética- en una prueba pública resulta inaceptable en pleno siglo XXI.

En redes sociales algunos relatan su incredulidad: "¿Por qué me preguntan dónde está la biblioteca en lugar de cómo se limpia un edificio municipal?".

Este episodio, entre la parodia y el despropósito, es un ejemplo más de cómo los procesos de selección pública pueden fallar estrepitosamente cuando se descuidan los mínimos criterios de rigurosidad.