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Socialmente la profesión de camionero se ha asociado generalmente a los hombres. Al fin y al cabo, se trata de un oficio con una gran carga física y que implica alejarse del hogar durante constantes períodos de duración.

De hecho, según la DGT, el 96,2% de los conductores de camiones son hombres. Una cifra que refleja esa realidad. Sin embargo, parece que poco a poco la sociedad está cambiando y las mujeres también lo ven como una profesión en la que aventurarse.

Así, un claro ejemplo es Andrea, una joven camionera que disfruta de su profesión y anima tanto a hombres jóvenes como a mujeres a seguir sus pasos.

Llegan las camioneras

Durante años, el oficio de camionero se ha vinculado casi exclusivamente a los hombres. Esto se debe tanto a la exigencia física del trabajo como a los estereotipos de género y a las largas jornadas que implica. La imagen tradicional ha hecho que pocas mujeres se plantearan dedicarse a este oficio.

Sin embargo, esta percepción está empezando a cambiar. Al igual que en áreas como la construcción o la carpintería, el transporte sufre una falta de relevo generacional y cada vez cuesta más encontrar nuevos profesionales.

Actualmente, se estima que la mitad de los camioneros supera los 55 años, lo que refleja el envejecimiento del sector. Ante este panorama, surgen retos para asegurar el futuro de la profesión y mantener cubiertas las necesidades del mercado.

Mientras muchos jóvenes muestran desinterés por estas ocupaciones, son cada vez más las mujeres que se animan a entrar en el sector. Al hacerlo, descubren un oficio que no solo rompe barreras, sino que también ofrece satisfacción personal y oportunidades de crecimiento.

Uno de estos casos es el de Andrea, una camionera de 22 años que se decantó por el sector transporte por su pasión por el mundo del motor. En su visita al podcast Rutas de éxito fue muy sincera sobre la escasez de mujeres en carretera.

"Bueno, en mi propia empresa me tratan bastante bien, pero en empresas externas, con las que coincidimos en los almacenes y demás, sí que es verdad que a veces se pasan. No tienen respeto", indicó la camionera.

Andrea compartió una anécdota en su trabajo: "Un día estaba en un almacén para descargar y vino un hombre y me dijo qué hacía allí, que dónde estaba el chófer, que por qué llevaba yo un camión siendo mujer, que no debería hacerlo. Le respondí: 'Bueno, soy una persona igual que tú'".

Asimismo, la camionera señaló su inconformidad con que se considere que las mujeres no puedan hacer trabajos considerados como "de hombres".

"En algunos casos pienso que nosotras lo hacemos mejor, porque tenemos finura, delicadeza, capacidad de observación y somos más detallistas. Esos valores hacen que el servicio pueda ser de mayor calidad", apuntó la joven.

Además, la camionera no dudó en dar consejo a los jóvenes que piensen en adentrarse a la profesión. "Una chica joven como yo sí puede animar a otros a sacarse el carnet y descubrir que es un buen sector, con buena salida laboral y un sueldo que ayuda a independizarse", señaló.

De hecho, a pesar de que lleva solo un año en el oficio, Andrea compartió sus sueños y expectativas a futuro: "Me gustaría estar en el camión hasta los 30, luego ser jefa de tráfico algunos años y, si se da la oportunidad, volver al camión. También influye que quiero ser madre algún día, y quizá la oficina me dé más estabilidad y tiempo para mi familia".

La historia de Andrea revela que, pese a los baches y estereotipos, una mujer puede dedicarse al sector del transporte si así lo desea. Es una posibilidad que, aunque muchas no se planteen, está ahí y con todos sus beneficios económicos.