En una sociedad cada vez más digitalizada, muchas personas mayores sufren para poder realizar trámites a través de internet. Un ejemplo claro de brecha digital en España lo representa Marcela, una mujer alicantina de 66 años que está a punto de jubilarse.
Tras toda la vida trabajando, en su recta final como empleada de una fábrica se ha encontrado con un inconveniente inesperado: tramitar su jubilación. "Para poder jubilarme tengo que pedir cita por internet y yo no tengo ni idea de usarlo porque no lo he hecho nunca y nadie me ha enseñado".
Debe realizar el trámite a través de la Sede Electrónica de la Seguridad Social mediante el certificado digital o con Cl@ve. Sin embargo, ella no tiene otra alternativa que solicitar la cita previa de forma presencial y esperar pacientemente a ser atendida.
Ayuda de su hija
Aunque cuenta con la ayuda de su hija, el proceso es tan complicado que se muestra preocupada. "Si mi hija estuviera trabajando fuera o haciendo algo fuera, ya no tendría esa ayuda", expresa.
Por otra parte, confiesa que tiene problemas de visión que le complican todavía más el acceso a las tecnologías. "Tengo cataratas. No me puedo poner delante de la pantalla porque no veo bien. Y aunque viera, tampoco podría porque no sé", protesta Marcela.
Según el Boletín Oficial del Estado, en una norma de 2022, las personas mayores tienen derecho a recibir "una atención preferente" sin necesidad de cita previa. En cambio, ese refuerzo de la atención presencial continúa siendo insuficiente para algunos jubilados, que todavía tienen que solicitar la cita con antelación.
Así, en el programa Hablando en Plata de Antena 3, han comprobado junto a Marcela si, efectivamente, se prioriza en las oficinas de la Seguridad Social la atención a los mayores.
"He entrado y me han dicho que me ponga a la cola, que era de 8 o 10 personas. Después, me han dicho que pida cita previa y, que si no puedo por internet, que me presente a las 9 de la mañana para conseguir la cita", revela la protagonista a Chicote, presentador del programa.
Así, a pesar de la normativa, las personas mayores siguen encontrando escollos para realizar trámites tan importantes como la solicitud de la pensión de forma presencial. Por lo tanto, como le ocurre a Marcela, no les queda otro remedio que la vía online y que sus hijos y nietos les echen una mano.
